AQUÍ ENCONTRARÁS OPERACIONES RELATIVAS A LOS ASPECTOS TRASCENDENTAL Y OPERATIVO DENTRO DEL ARTE.
MEDITACIONES DE TODO TIPO, CONTEMPLACIONES, ORACIONES, ESPECULACIONES...
EVOCACIONES, INVOCACIONES, TRANSVOCACIONES...TÉCNICAS DE DESDOBLAMIENTO Y PROYECCIÓN DE CONCIENCIA...ASÍ COMO PRÁCTICAS
Y RITUALES SIGUIENDO EL MÉTODO DE MAGIA DIRECTA, QUE ES EL EMPLEADO POR LOS ALQUIMISTAS....
Previamente a todo trabajo o labor alquímica, así como durante el proceso
de la Gran Obra en sí mismo, el aspirante requerirá mantener en óptimas condiciones su cuerpo etérico, de manera que pueda
trabajar adecuadamente con la Quintaesencia por su medio.
Así como el vehículo del Hombre Externo es el cuerpo físico, el vehículo
del Hombre Interno es el cuerpo etérico. Ambos cuerpos tienen sistemas nerviosos, y puesto que el sistema etérico de nervios
es el que emplea el Maestro Interno para transmitir las energías y el pensamiento superior hacia ti, es necesario asegurarse
de que no haya impurezas en el sistema etérico.
EJERCICIO PARA PURIFICAR EL CUERPO ETÉRICO DE IMPUREZAS.
Sentarse en un silla en posición cómoda, con la espalda recta. Cerrar la
fosa nasal derecha con el dedo pulgar derecho e inspirar a través de la fosa nasal izquierda tanto aire como tus pulmones
puedan soportar confortablemente. Luego, obstruir rápidamente la fosa nasal izquierda con el dedo índice derecho, y sin contener
el aliento, exhalar a través de la fosa nasal derecha. Inhalar a través de la fosa nasal derecha, cerrarla y exhalar a través
de la fosa nasal izquierda. (Éste es un ciclo). Este ciclo debe repetirse por un total de cuatro veces.
Usualmente se requiere casi un mes para limpiar los nervios etéricos si
nunca los has limpiado antes. Este paso básico es vitalmente importante y debe ser practicado diariamente por lo menos 30
días. No te apures, pero lleva a cabo esta disciplina con confianza y lo más cuidadosamente posible. Si hace que te marees,
sólo haz la mitad de las repeticiones sugeridas; gradualmente te acostumbrarás a este ejercicio y podrás realizar el número
requerido.
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CICLOS DE RESPIRACIÓN.
Los siguientes ciclos de respiración son usados a lo largo de todo el proceso, principalmente
para los siguientes objetivos:
Ciclo 4-2-4. Para entonar los cuerpos materiales y alinearlos a nivel vibratorio.
Ciclo 8-4-8. Para energetizar todos los cuerpos y conecarlos con el flujo
universal de éter.
Ciclo 4-4-8. Para asimilar el éter universal y fijarlo en los cuerpos.
Ciclo 8-8-4 Alinear las energías activas con las fuerzas pasivas en todos
los cuerpos.
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LA RESPIRACIÓN MAESTRA.
Ésta es la respiración por excelencia; mediante su ejercicio, los cuerpos se entonarán
debidamente, y podrán asimilar en ellos la Quintaesencia de manera mucho más directa, para que el mínimo de energía sea empleado,
y el mayor avance se dé con el mínimo de complicaciones.
El siguiente ritmo de Respiración Maestra debe ser practicado diariamente
hasta que sea natural y automático. Una respiración rítmica es de gran ayuda para la armonía personal y hace más fácil el
control de la mente durante la concentración.
Por medio de la práctica de este ejercicio, ganarás gran habilidad para
fijar la atención mental en cualquier objeto que desees.
La Respiración Maestra completa es como sigue:
Primero, exhala todo el aire de tus pulmones usando los músculos del abdomen,
del diafragma y del pecho para sacar el aire gastado. Luego inhala por 7 segundos, pausa por 1 segundo, exhala por 7 segundos
y pausa por 1 segundo. Este es el ciclo de respiración balanceado, que tiene una suma total de 16 segundos.
Está bien empezar cada período de concentración llevando a cabo la Respiración
Maestra al menos tres veces a fin de establecer su ritmo balanceado en tu cuerpo. Luego, retira tu mente de tu respiración
y deja que sea automática y natural.
RESPIRACIÓN DE PODER.
Generalmente se usa para energizarse antes de llevar a cabo las técnicas
que requieren un gasto extra de energía. También puede emplearse previamente a lograr un estado alterado de conciencia que
sea requerido para determinada práctica.
Nota: Antes de iniciar, se debe colocar la punta de la lengua tocando la
parte posterior del paladar, pero sin forzarla. Esto es para permitir que la fuerza vital (éter) que ingresa al cuerpo físico
tenga una vía de distribución uniforme en todo el organismo.
Respirar profundamente, despacio, procurando que al inspirar el abdomen
aumente de volumen lentamente hacia el frente. Llenar los pulmones desde abajo, las últimas costillas y hasta por arriba de
las clavículas; la visualización imaginativa puede ayudar en esto.
Detener, entonces, el aire dentro del pecho por unos instantes, sin llegar
a sentirse incómodo. Luego espirar lentamente y con ligera presión por la boca, habiendo puesto previamente los labios como
para silbar, pero sin inflar las mejillas. Hacer esto hasta sacar la mayor cantidad de aire que sea posible, imaginando que
alguien te oprime un poco el pecho por los costados. Al mismo ritmo que el aire va siendo expulsado, el abdomen regresa a
estar como antes de que creciera al frente. Enseguida y sin pausa, se invierte el proceso, o sea que sin haber movido los
labios después de sacar el aire, por ellos se inspira de la misma forma ya descrita y después de aguantar el aire adentro
de los pulmones por unos instantes, se espira por la nariz en la forma antes señalada.
Repetir luego todo esto una última vez, o sea meter aire por la nariz y
sacarlo por la boca, y en seguida (cuarta y última vez) meter aire por la boca y sacarlo por la nariz. Además, en cada respiración
se debe decir mentalmente lo siguiente: "Recibo fuerza vital", durante las fases de inspirar; y "expulso negatividad" en las
fases de espiración.
b)Ejercicios de Meditación Trascendental:
Meditación de la Presencia.
Hay una técnica de meditación que muchos yoguis han tomado como suya propia, cuando en realidad la vienen utilizando los
filósofos herméticos desde mucho antes. Esta técnica te permite encontrar, por así decirlo, el Yo que duerme en lo profundo
de tu personalidad. Y esto debe hacerse de forma que luego puedas adquirir un enfoque claro en el YO (que es el Ser Superior-la
inmanencia divina que mora en lo profundo del Alma) de este Yo. Y conforme vayas logrando esto, irás trascendiendo nivel por
nivel, a la vez que los exploras, e identificas los distintos niveles de vibración y estados de la conciencia que en ellos
se manifiestan, así como la esencia que distingue a cada nivel, para que posteriormente puedas enfocarte en ella como medio
para llegar a cada uno a voluntad. Sólo así podrás dirigir tu conciencia con todo y vehículos hacia el punto central, hacia
el punto inmóvil en el cual descansa el origen de toda Luz; de esta forma irás uniendo lo de Arriba con lo de Abajo, espiritualizando
el cuerpo y materializando el Espíritu, de forma que constituyan una unidad indivisible y que sea inmutable en sí misma...porque
sólo así pueden obrarse los Milagros, a la vez que también te conviertes, poco a poco, en un vehículo del Poder del Inefable
aquí en la tierra, hasta que el Reino se manifieste en ella.
Además, esta técnica te recordará (a la totalidad de tu conciencia) que para poseer algo realmente y lograr manipularlo
de acuerdo a tu voluntad, necesitas conocerlo, identificarlo y luego trascenderlo, de forma que eso que posees quede subordinado
a ti.
LA TÉCNICA:
-Antes de comenzar, elige un lugar donde te sientas en comodidad; donde nadie te moleste y que sea un sitio, de preferencia,
donde los ruidos exteriores se escuchen lo menos posible. La primera semana, la técnica sólo te tomará unos diez minutos,
y así irás avanzando progresivamente.
-Busca una silla con respaldo recto (de preferencia de madera). Si meditas de noche, alíneate hacia el norte; o sea, siéntate
mirando en esa dirección. Y si lo haces de día, mira hacia el este.
-Convéncete de que ese tiempo sólo lo dedicarás a ti; deja todas las presiones, preocupaciones, etc, a un lado (al menos
sólo por el tiempo que te tomará la práctica).
Cierre del aura.
En esta técnica se usa una forma de sellar el aura que en la Filosofía Hermética se conoce como "cuadratura del círculo",
que es la que sella la esfera de sensación en las siete direcciones del espacio interdimensional.
Ponte de pie, erguido el cuerpo y mirando hacia el este y pronuncia rítmicamente, estableciendo tu Presencia:
"En Nombre de la Presencia que Yo Soy, cierro mi aura, mis puertas astrales y mis siete cuerpos físicos y etéricos para
que ninguna energía, niguna fuerza, ningún ser encarnado o desencarnado venga contra mí". Mientras lo dices, visualiza (imagina)
que un sol blanco de luz incandescente que está arriba de tu cabeza emana un rayo descendente de luz que, bajando verticalmente,
te inunda como una cascada que se extiende alrededor de tu cuerpo unos tres metros, hasta que se convierte en una especie
de "tubo" que te sella en su interior, marcando en el suelo un círculo blanco que te rodea, justo como lo hace una luz cenital.
Esta técnica básica cierra la esfera de sensación (aura) en las direcciones cardinales. Ahora, persígnate de la manera acostumbrada
e imagina, mientras lo haces, que vas trazando una cruz de luz blanca. Ya que lo hiciste, extiende los brazos y, al hacerlo,
alarga imaginariamente el brazo horizontal de tu cruz, hasta que alcance el largo de tus brazos. Al mismo tiempo, extiende
el tronco-brazo vertical de la cruz hasta que alcance la altura de tu cuerpo, envolviéndolo. Ahora, la cruz debe sostenerse
en la imaginación como si fuera el eje de tu ser; y los brazos de esta cruz deben tocar las paredes del "tubo" luminoso. Así
se sellan las siete direcciones del espacio interdimensional (arriba, abajo, derecha, izquierda, adelante, atrás, centro/punto
de partida y de unión). Al terminar, sólo establece tu presencia mediante el Pronunciamiento del Ser, diciendo: "Yo Soy la
única Presencia; el único Poder aquí". Haz cuadrado el círculo, y te has establecido a Ti Mismo como su punto central. Ahora
todo gira a tu alrededor y nada externo puede invadir tu espacio.
Postura.-Como la postura que se adopta para esta meditación es similar a las de las estatuas de los dioses egipcios (en
Filosofía hermética, se conoce como "postura faraónica" o "postura del dios", y es la que se usa en la tradición occidental),
necesitas sentarte derecho y con la barbilla ligeramente inclinada hacia el pecho, de forma que las vértebras de cuello estén
rectas.
-Mantén los muslos horizontales, las piernas verticales y los pies alineados con los muslos y colocados firmemente sobre
el suelo. Las manos deben descansar ligeramente sobre los muslos, y los codos deben estar en ángulo recto con ellas. Nada
de esto debe causar tensión muscular inadecuada. Esta postura te convertirá en libre vehículo de las energías con las que
te pondrás en contacto; así es como en tu cuerpo se unificarán el Cielo y la Tierra.
Relajación.
Ahora vas a liberar tu cuerpo de tensiones. Sólo así la energía fluirá libremente.
-Sentado ya en la postura de meditación, concéntrate primero en los pies. Tensa los músculos de ambos pies por unos segundos
y luego deja que se relajen. Luego con las pantorrillas: ténsalas y relájalas. Asciende de la misma forma por todo tu cuerpo:
los muslos, los glúteos, el abdomen, el pecho, las manos, los antebrazos, los brazos, hombros y cuello. Tensa los músculos
faciales y los del cuero cabelludo haciendo gestos, sosteniéndolos por un momento y luego dejando que los músculos se relajen.
Ahora cierra los ojos.
Respiración.
Vas a respirar impulsando el diafragama (el músculo que se ubica debajo de las costillas, en los músculos abdominales)
hacia afuera, sin alzar los hombros y sin forzar la respiración a que entre. Te será muy fácil dejar que los músculos abdominales
hagan casi todo el trabajo por sí mismos. Así, cuando tú, al inspirar, impulses el diafragma hacia afuera, el aire entrará
rápidamente y sin esfuerzo a los pulmones. Y para que sea más efectivo todo, debes contraer el diafragma antes de comenzar
cualquier ciclo de respiración para eliminar el aire residual de los pulmones. Inhalas por la nariz, con la boca cerrada,
y exhalas por la boca.
-Inhala profundamente a la cuenta de 4. Mantén el diafragma tenso contando hasta 2, y exhala contando de nuevo hasta 4.
De acuerdo a tu capacidad pulmonar, esto puedes hacerlo a tu propio ritmo. El indicativo de que lo haces correctamente es
que tu respiración debe ser prácticamente inaudible. Si haces la respiración adecuadamente sentirás una expansión en los costados,
en la región lumbar y en la parte frontal del cuerpo.
-Realiza cinco ciclos completos de 4-2-4.
MEDITACIÓN -Concéntrate en tu respiración por unos instantes. Como ya has establecido el ciclo, no es necesario que la
controles más. Deja que fluya libremente, pero tú concéntrate en ella, sin hacer caso de los posibles pensamientos, emociones,
etc, que puedan presentarse. Deja que se presenten ante tu conciencia, pero ignóralos apenas lo hayan hecho. Deja que lleguen,
pasen y se alejen. Una vez que ya hayas alcanzado cierto grado de vacío mental, comenzarás con la parte activa que sigue:
Concentración-dirección del enfoque
Nivel Físico (sensaciones). Tierra
-Sólo por un momento, siente firmemente y lo más real posible todo tu cuerpo.
Experimenta la sensación que te provoca la silla sobre la que te sientas; siente tus manos apoyadas sobre tus muslos; la
firmeza del suelo sobre el que apoyas tus pies; siente cómo tu abdomen se expande y contrae con cada respiración, cómo entra
el aire a tus pulmones...toda sensación posible que puedas...Esta experiencia del cuerpo debe durar poco, pero debe ser muy
tangible. Una vez que lo has experimentado, retira tu atención del cuerpo, y di mentalmente: "Yo tengo un cuerpo físico, pero
yo no soy mi cuerpo físico". Entonces, pregunta: "¿Qué soy yo?". Concéntrate sólo un momento en el silencio que debe seguir
a esta interrogante.
Nivel Astral (emociones, anhelos, impulsos, deseos...). Agua
-Ahora retira tu conciencia del cuerpo físico, y enfoca tu atención en los posibles deseos, emociones, impulsos y anhelos
que crucen por tu ser. No te fijes a ellos, sólo dales tu atención por un momento como observador imparcial. Sólo por un momento,
permítete sentirte alegre, triste, impaciente, enojado...lo que te venga...deja que fluyan y sólo por momentos, ponte la máscara
de las distintas emociones, deseos, etc. que pasen por tu conciencia. No trates de evocarlos; sólo enfócate en los que se
presenten como si los tomaras como vehículos, como quien sube a un automóvil sólo para verlo por dentro. Luego baja del automóvil
y déjalo ir. Entonces, ya que has logrado identificarte hasta cierto grado con tus emociones, ya que has logrado sentirlas
fluir a través de ti con cierta intensidad moderada, retira tu atención de ellas y di mentalmente: "Yo tengo emociones, pero
yo no soy mis emociones...¿Qué soy yo?". Enfócate en el silencio mental que le sigue a la interrogante.
Nivel Mental (pensamientos, ideas, formas e imágenes mentales...). Aire
-Una vez que has retirado tu conciencia del cuerpo astral (el vehículo de las emociones y deseos) al centrarte en el silencio,
ve venir hacia ti los pensamientos que quieren tener cabida en tu mente en ese momento. Déjalos fluir, obsérvalos de lejos,
involúcrate un poco con ellos (sólo lo suficiente como para que los reconozcas), y déjalos ir, que sigan su camino; ve cómo
se alejan, pero tú permances desde tu enfoque de observador impacial. Entonces, di mentalmente: "Yo tengo pensamientos, pero
yo no soy mis pensamientos...¿Qué soy yo?". Déjate fluir con el silencio mental, y desengánchate de tus pensamientos.
Primeros estratos--inferiores, que son materiales todavía, aunque esta materia es la más sutil (elevada en vibración)--del
nivel Etérico (Intuición,Voluntad). Fuego
-Ya que has retirado tu conciencia de tu cuerpo mental o mente inferior (el vehículo de los pensamientos del ego o yo inferior),
ahora estás libre para escuchar la Voz Silenciosa. Una vez que entres al Silencio, pregunta firmemente y seguro de ser Uno
con el Silencio, ¿QUIÉN SOY YO? ¿QUÉ SOY YO?
Mantente en espera de la elocuente respuesta que te venga de la Voz Silenciosa hasta que tu conciencia te indique que debes
regresar a tus vehículos. Cuando se te dé este indicativo, haz lo siguiente:
-Otra vez presta atención a tus pensamientos, pero sin aferrarte a ellos, y di mentalmente: "Yo tengo pensamientos y Yo
controlaré mis pensamientos".
-Enfócate ahora en tus emociones, y di mentalmente: "Yo tengo emociones y Yo controlaré mis emociones"
-Enfoca tu atención nuevamente en tu cuerpo físico y di: "Yo tengo un cuerpo físico, y Yo controlaré mi cuerpo físico y
las sensaciones que experimento por su mediación".
-Abre los ojos, respira profundamente: inhala y exhala, manteniendo el aire por un momento, sin que te haga sentir incómodo.
-Lentamente, levántate; estírate bien y pisa firmemente sobre el suelo. Haciendo esto último, le estás indicando a tu conciencia
el cambio de niveles, aparte de que estás oxigenando todo tu cuerpo de una sola vez y con un solo movimiento. Cierra tu aura
de la forma indicada arriba.
-Camina unos tres minutos haciéndote consciente de las texturas de la habitación, de los colores que te rodean, etc...Después
de transcurrido este lapso, puedes regresar a tu vida normal.
Esta es la forma en que se empieza desde los cuerpos materiales para tener acceso progresivo a los vehículos espirituales
de la Mente (porque la Mente es el medio de propagación universal, así como el aire lo es en el mundo físico. Recuerda el
Kybalión: "Todo es Mente; el universo es mental" Y algo más adelante, declaran que la Mente es, en efecto, substancial, lo
cual es una Verdad reconocida por todos los adeptos, sea la que sea su escuela de desarrollo o entrenamiento).
Siempre que realizas esta técnica, tus vehículos materiales--incluyendo el cuerpo físico--se llenan de la Luz inmaterial
de tus vehículos superiores; esto es lo que hace que poco a poco tu cuerpo físico y los vehículos inferiores más sutiles se
revitalicen, se armonicen y eleven su vibración hasta alcanzar la perfección que tenían en un principio. Así es como, paulatinamente,
vas teniendo conciencia de la forma en que la Mens (Mente Superior, el Espíritu) se manifiesta en cada uno de los cuatro niveles
de vibración de la materia, a la vez que identificas de qué vehículos se reviste la conciencia del Alma en cada uno y qué
estado dirige Ella en cada nivel; así, estarás conciente de la Fuente de Luz inagotable que habita en tu interior, y comienzas
a tener acceso a esa energía para poder hacer uso de ella, de acuerdo con la Ley.
Esta fue una técnica para encontrar el Centro, el Ser Interno, la Conciencia que se encuentra en el punto central de toda
manifestación. La siguiente meditación es intermedia, y se emplea para comenzar el Diálogo Interior con el Maestro Interno,
de manera que la Conciencia pueda alinearse cada vez más con Él, hasta que la unificación se dé con Su Presencia.
Meditación de la Presencia del Maestro Interno.
El Daemon, también llamado el Ser (superior), Maestro Interno, Yo Superior, Santo Ángel Guardián (Tiphareth),
el Genio, etc., es el aspecto del Alma focalizado perpetuamente en la Divinidad. Es el centro interno de toda manifestación,
el Punto de Origen de la Conciencia, la Fuente de la Voluntad y del Poder. Esta práctica está diseñada para contactarlo en
los niveles del Alma, más allá de los planos materiales, por lo cual, el practicante no debe caer en la ilusión de focalizar
su conciencia en aquellas imágenes que las palabras que pronunciará evocan en su mente, sino que debe ir más allá de toda
proyección fantasiosa y centrarse en la Esencia de las Palabras, para trascenderlas y al enfocarse de esta manera--más allá
de toda forma o apariencia--, ir elevando su vibración, a la vez que ajusta los niveles del Eidolon o ego, que es el ser inferior,
el ser externo, para que éste desarrolle la receptividad necesaria y logre traducir las sutiles impresiones que reciba de
su Instructor.
La práctica no tiene una duración definida, ya que la intuición del practicante le indicará el momento en
que la entrevista con el Maestro haya terminado por esa ocasión. Puede realizarse a cualquier hora del día; preferentemente
en horas intermedias o aquellas en las cuales el Sol y sus energías están en su punto de apogeo. Y si se preguntan cuándo
deben llevar a cabo esta práctica, será cuando su Intención esté alineada con su Intuición; siempre que esto se dé y realmente
se aspire a recibir enseñanza de la "Voz del corazón que habla Verdad".
Ahora, preparaos para escuchar la Voz del
Silencio.
PRÁCTICA.
1.-El practicante se relaja debidamente, y realiza los pasos previos a la Meditación propiamente
dicha. Mirando hacia la dirección cardinal norte, asume la Postura del Dios o postura faraónica de meditación. Como punto
de enfoque, el practicante se centra en su respiración, que debe seguir un ritmo suave y acompasado. Esto, hasta que deje
de notarla, lo cual indicará que ha logrado desapegar su conciencia lo suficientemente del cuerpo físico como para continuar
la práctica. Esto le será indicado, cuando esté consciente de los latidos de su corazón, al punto de que llegue a sentirlos
en todo su cuerpo, como si éste latiera por entero al unísono con el corazón. Lograr esto, cuando previamente no se ha adquirido
consciencia del vehículo etérico, toma tiempo. Pero el acceder a este vehículo (el más sutil de los cuatro cuerpos inferiores--materiales)
es indispensable si se desea escuchar la Voz del Maestro más allá de las alucinaciones, imágenes y proyecciones fantasiosas
propias del cuerpo astral, y de las voces incesantes, así como de los pensamientos-forma del cuerpo mental. Si no se realiza
este requisito previo, lo más que se logrará será toparse con una experiencia distorsionada de la realidad del Maestro. Si
se desea tener acceso a Él, se debe de entrar al Silencio y al Vacío, dejando atrás el ego, junto con todas sus "necesidades"
y clamores, los cuales no tienen otro afán que el dirigir de nuevo la atención hacia él, puesto que aquí sentirá que la conciencia
se le escapa, que sale fuera de sus límites, y hará todo lo posible por evitarlo, haciendo uso de toda clase de distracciones.
De hecho, si alguien está muy apegado al ego y sobre-identificado con él, llegará a sentir que su conciencia se apaga, o una
experiencia muy cercana a la muerte, o como cuando se está en los pasos previos a una proyección o desdoblamiento de conciencia.
A nada de esto, se le debe de tomar la menor atención. Es sólo uno de los umbrales que hay que cruzar para ir más allá.
2.-Una
vez que la conciencia esté libre de toda barrera, en medio del espacio puro y sin límites (la cualidad del AEther), el practicante
se concentra en el silencio central de ese espacio, y ahora deberá hablar mentalmente con la voz del ego, de forma que pueda,
mediante ésta, fijarse en la Voz y Esencia del Maestro, que se manifiesta sin perturbar el Silencio:
(Ego): "Salve
(Nombre Mágico) a Ti que has encarnado la fuerza y estabilidad de la Madre Tierra."
(Ser): "Yo Soy el Fuego Central que
sostiene las manifestaciones."
(Ego): "Salve (Nombre Mágico) a Ti que te has sumergido y disuelto en la tranquilidad
de las aguas."
(Ser): "Yo Soy Aquel cuyo rostro (o imagen) se refleja en el espejo de las aguas primigenias (de Arriba).
Yo Soy Aquel que ha dividido las aguas de Arriba de las de Abajo."
(Ego): "Salve (Nombre Mágico) a Ti que has adquirido
dominio sobre los vientos, con un movimiento de tu mano."
(Ser): "Yo Soy Aquel cuyo aliento flota sobre la faz de las aguas
(de Abajo). Yo Soy Aquel que permanece firme en el centro de la tempestad, y la domina con Su Paz; Aquel ante cuya Presencia
los vientos se han replegado sobre sí mismos. Yo Soy el que centra su Aliento en la Palabra."
(Ego): "Salve (N.M.)
a Ti que has escuchado la Voz del Fuego, en el que has devenido en (o llegado a ser) lo que eres."
(Ser): "Yo Soy Aquel
cuyo corazón habla Verdad; cuya Palabra es Justicia. Yo Soy la Palabra que develó la Luz. Yo Soy el Amo del Fuego que vive
en Verdad."
3.-Ahora, centrada la conciencia del practicante en la esfera y esencia del Maestro, procede a pronunciar
lo siguiente, manifestándolo a través del Silencio:
A ti que eras, eres y serás; a Ti Maestro de la Eternidad, Te
invoco. Acude a la Cámara Secreta del Templo e ilumina a Tu siervo con la Luz de Tu Sacro Fuego.
A Ti, El-que-Se-ha-creado-a-Sí-Mismo;
Fuego de Luz y Obscuridad que arde por siempre en el altar de la Cueva Sagrada; Te llamo.
A Ti, puente que une las tinieblas
de la tierra con la luz de los cielos, Te invoco.
A Ti, Emisario de la Voz de la Nada; Señor de la Sabiduría sempiterna,
Te invoco.
A Ti que eres la perfección de Mi Imagen, reflejada en el espejo que es mi Alma, Te llamo.
A Ti, cuya Voz
es la Verdad que se manifiesta en el Silencio, Te llamo. Escucha a tu siervo y abre sus oídos para que escuchen Tu Voz.
A
Ti, que has creado Tu propia Luz, Lámpara de Sabiduría Eterna. ¡Te llamo! ¡Te invoco!. Escucha a tu siervo y abre sus ojos
para que contemplen Tu Luz, el esplendor de Tu Presencia; la Belleza Eterna de tu Rostro.
A Ti que eres Lo que Yo
Soy en el Inefable; Yo que soy Tú, te llamo a Ti que eres Él. Te llamo a Mi Ser. ¡Te invoco!
Te escucho, oh Maestro. Tu
siervo atiende a tu Presencia. Tu siervo escucha tu Voz en el Silencio.
Se permanece en Silencio, sólo en
paz, con profunda expectación.
4.-Ambas Voces pronuncian: "Adsum" (Estoy Presente).
5.-Ahora, el practicante
repite el Pronunciamiento del Ser, en forma de mantram, a través del Silencio central de su Ser (esto es para entonar al ser
con el Ser, para unir lo de Arriba y lo de Abajo, mediante el nexo mismo de la Presencia):
"Yo Soy Lo que Yo
Soy" (se repite por múltiplos de 9).
El practicante repite este mantram hasta que su intuición le indique que ha logrado
conectarse con la Esencia de esas palabras. Sabrá que lo ha logrado, porque llegado a este punto, percibirá la Presencia del
Daemon silencioso.
7.-Una vez llegado aquí, el practicante puede proceder a dejar que la Voz hable, o a expresar mentalmente
aquello que desea consultar con el Maestro. No debe forzar las cosas...Sólo debe dejar que la Voz fluya suavemente. Al principio,
toma tiempo, pero según las energías del practicante se van entonando, para posteriormente sintonizarse con las del Maestro,
el contacto es cada vez más directo, hasta el punto en el cual ya no se requiera de los pasos previos para escuchar la Voz
del Silencio.
Una vez que se tiene determinado conocimiento sobre cómo alinear la conciencia inferior con la Conciencia
del Ser Superior, se recomienda realizar esta meditación para encontrarse a Uno Mismo en la Presencia del Maestro y unificar
ambas conciencias en Una.
Meditación Hermética del Silencio.
Esta meditación es parte de la tradición oral hermética. Parece simple, pero esta apariencia oculta en realidad su complejidad.
Es una vía directa para pasar del otro lado del Gran Velo de la Nada y contemplar la Gloria Oculta de la Esencia que, con
su Obscuridad Tres Veces Radiante, vela el Trono del Rey Eterno del Todo y la Nada.
Alquimistas Herméticos como Theophrastus Paracelsus, Cornelius Agrippa, Giordano Bruno, Thomas Vaughan (Philalethes), y
Jakob Böehme, entre otros, han empleado esta misma meditación, con ligeras variantes.
PRÁCTICA.
El aspirante debe empezar la meditación entrando en comunión con su Maestro Interno, Daemon o Yo Superior. Puede hacerlo
mediante una afirmación u otro método que le sea asequible; pero este paso es muy importante, ya que el ego por sí solo no
puede accesar esos reinos.
Una vez que la unión está establecida firmemente, el practicante se coloca en la posición egipcia de meditación (postura
del Dios), se relaja hasta alcanzar un ciclo rítmico de respiración y de paz mental, donde se encuentre libre de toda perturbación.
Es recomendable realizar esta meditación al amanecer o en el ocaso, que es cuando las puertas de los mundos se entreabren.
Las primeras sesiones no deben exceder los cinco minutos; y lo máximo de duración al principio, deben ser 15min. Posteriormente,
es posible que el practicante pueda quedarse toda una noche en esta práctica, sin percatarse del paso del tiempo. Y eso no
será contraproducente, sino todo lo contrario, ya que descansar en la Nada ayuda a remoldear todos los niveles del Ser de
acuerdo a la Imagen Real implantada en lo profundo del Alma.
1.-El practicante se enfoca lo más posible en las sensaciones que le proporciona su cuerpo físico. Siente como respira
acompasadamente, la dureza del respaldo de la silla contra su espalda, la sensación de la silla sobre la que está sentado...El
practicante debe notar todas las sensaciones físicas que experimente en ese momento.
Entonces, hablando con la Voz Silenciosa del Maestro Interno, pronuncia:
"Salud a ti (el practicante menciona su Nombre Mágico), cuyo ser se ha manifestado de la substancia de la Gran Madre Tierra.
Entra ahora en el Sueño. Aquí no hay sensaciones."
2.-Ahora el practicante se concentra en toda emoción, deseo, anhelo, que acuda a él. Y dice:
"Salud a ti (N), que te has sumergido en las aguas del mar primigenio...Entra en la Paz. Aquí no hay emociones"
3.-El practicante se enfoca en los pensamientos que acudan a él, y entonces pronuncia:
"Salud a ti (N), que has volado surcando el reino sutil de los vientos, en el Reino Intermedio. Entra en el Silencio. Aquí
no hay pensamientos."
4.-En este punto, el practicante sólo se enfoca en su Presencia, como Observador de todo, y en nada más. Entonces, se concentra
en la Fuente de su Poder Interno, en el nucleo mismo de su Voluntad. Y pronuncia:
"Salud a ti, que has accesado por las puertas del Reino del Fuego; Tu Voluntad es una con la del Grande.
"Contemplas ahora la Gloria Oculta de la Esencia, en el resplandor profundo del Fuego Negro que estableció el Orden sobre
el Caos...
"Salve (el practicante menciona su Nombre)!! Eres un sol radiante, sombra del Sol Oculto cuya Luz brilla y resplandece
en la Obscuridad de lo Primigenio.
"Salve (N), Tú eres la Nada...y eres Uno con Él. Y Él es el Todo y la Nada...
"Descansa en el Templo secreto, y póstrate ante el Rey que gobierna en los Palacios del Silencio. "
En este punto, el practicante, habla con su propia voz, en el silencio de su corazón y enfocándose en la Presencia de El
Más Alto, pronuncia:
Salve a ti, cuya Voz se manifiesta en el Silencio.
Salve a ti, cuyo Ser se manifiesta plenamente en la Nada.
He aquí a tu siervo, que desea en su Alma recibir de tu Voz la Sabiduría que se gesta en el Silencio; esa Sabiduría que
es Nada, porque no existen palabras para definirla y no hay lengua de mortal que pueda enunciarla.
Heme aquí, Yo estoy Presente ante Ti, Maestro, y escucho en el Silencio, ahora que no duermo y elijo estar consciente en
medio del Gran Sueño. Que la Luz de tu Sabiduría irradie sobre mi Alma y tu Gracia descienda sobre mi Ser.
Entonces, en este punto, el practicante escucha el Silencio, que es la Voz de la Nada, y la Voz misma del Fuego del Gran
Maestro.