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El Alquimista contemplando los patrones que su voluntad imaginativa proyecta en el Éter |
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El Alma emergiendo de las tenebrosas aguas de lo inconsciente |
Los Poderes de la Soror Mystica.
El Alma ha sido el objeto de estudio de muchos filósofos, pensadores y científicos a lo largo del tiempo. Y no hay que
negar que los descubrimientos que todos ellos han aportado son útiles y muy variados, pero pocos han sido los que han comprendido
el Alma en todo su potencial, como lo que realmente Es; y esto es así, precisamente, porque el Alma es un campo de experimentación
vastísimo, que trasciende y está más allá de lo que la mayoría de los simples mortales conciben en sueños. De hecho, muchas
veces las ignotas profundidades del Alma están más allá, incluso, de lo que algunos inmortales conciben en sus ensoñaciones
conscientes.
Al partir únicamente desde lo material y sin tomar en cuenta los vínculos elevados que le hacen ser en esencia, los científicos
han incurrido en el error de tratar de entender la forma en que el Alma interactúa con el cuerpo físico, restringiendo así
su infinito campo de acción al materialismo, lo cual es como tratar de estudiar al cosmos utilizando un microscopio. Y por
otro lado, y al otro extremo del caso, muchos de los llamados místicos se han ocupado del Alma en su estado de relativo desprendimiento
(cuando los lazos que ha establecido con sus vehículos más densos parece borrarse de la conciencia), ignorando la forma en
que interactúa con lo físico, y delegando, por lo mismo, su campo de estudio y análisis a un espiritualismo desencarnado.
Pero hubo un tercer grupo que encontró la síntesis que logra unir a estos dos enfoques que, en su oposición relativa, parecen
insalvables. Gracias al enfoque de su ciencia y a su conocimiento teórico y empírico, este grupo lidió con las regiones ignotas
que descansan más allá de la mente, y se afanó por encontrar los medios por los que el alma interactúa con el mundo físico,
sin olvidarse de estudiar la forma en que controla estos reinos materiales, así como la manera en que se desenvuelve una vez
que se libera del peso de las ataduras de la materia. Dentro de estos grupos de Filósofos auténticos, estuvieron figuras de
la talla de Sócrates, "el partero de almas", como él--con todo derecho y propiedad--se autodenominó. Pero tiempo
antes que él (así como también siglos después de que él trascendiera este mundo), los Filósofos Herméticos de los albores
de Khem (Egipto) compartían ese mismo fervor religioso (de unión) atemperado por el rigor científico, a pesar de que muchos
digan lo contrario. Basta ver sus descubrimientos para corroborar que, en verdad, su ciencia (definiendo aquí el término con
la acepción que se le da en la actualidad) no necesita ni ha necesitado nunca de la nuestra, ni le falta nada de la ciencia
actual. En campos como la medicina, no se les ha podido aventajar y ¿por qué ? Porque ellos estudiaban y trataban al hombre
en su totalidad, en su desarrollo trinitario de cuerpo mente y alma, y no sólo se limitaban al cuerpo físico como se trata
en la medicina actual. ¿Y qué los llevó a descubrimientos tan notables? Su fascinación por el Alma humana, única entre las
obras de la Creación. Las almas que se reconocieron a sí mismas, se convirtieron en amas y señoras de la creación después
de haberlo hecho; y lo serán del todo cuando ellas, a su vez, reconozcan a su Dueño y Señor.
Al escuchar la palabra Alma, muchos se encontratrán inconformes con ella, puesto que está casi ineludiblemente asociada
a la institución religiosa. Pero el Alma nada tiene que ver con instituciones religiosas, las cuales con trabajos conciben
algunas de sus cualidades, no se diga sus facultades, poderes y su esencia. El Alma se basta a sí misma y no necesita ser
explicada por creencias, requiere defenderse por sus métodos de acción y sus fenómenos observables, estudiados, reproducidos
(si es necesario) y analizados por medio de la experimentación y la observación, que darán resultados en forma de hechos.
Así, la duda de su existencia será imposible, y todo ataque manifestado por parte del escepticismo estrecho de miras estará
completamente fuera de lugar. Y es que en Magia, todo el conocimiento debe demostrarse empíricamente, comprobarse por la experiencia,
si es que dicho conocimiento merece llamarse Sabiduría. Si la Magia sale del campo de experimentación así sugerido, no es
más que brujería del nivel más bajo, aislada por la superstición y las creencias carentes de bases o fundamentos. Entonces,
hay que dejar de creer, y comenzar a Saber.
Si se le pidiera a alguien que definiera a su propia Alma, al hacerlo se estaría definiendo a sí mismo en la totalidad
de su ser; en profundidad, inmanencia y trascendencia simultáneamente, y por lo tanto, siendo así, nadie más que el que empieza
a conocerse a sí mismo en lo profundo podría dar una definición congruente de lo que él mismo es en esencia, en su individualidad.
El Alma no es una posesión, sino el ser total que abarca a la individualidad y a la personalidad juntas. Es poderosa por--y
acorde a--su propio derecho de conciencia, autosuficiente y capaz de satisfacer todas sus necesidades evolutivas porque cuenta
con los medios, mecanismos de acción y facultades para lograrlo. Pero aquí hay que tomar en cuenta que el orden evolutivo
es determinante del grado de dominio y maestría que tiene el Alma sobre sí misma, sus creaciones y su realidad. El orden de
inteligencias es distinto, sí; pero la personalidad no es un buen indicativo del nivel del Alma, puesto que está sujeta a
muchos cambios y es moldeada de acuerdo a los estímulos externos como el ambiente, la experiencia buena y mala, etc. Así,
la personalidad, siendo imagen del Alma, muchas veces es reflejo fiel de ésta, pero otras no es más que su sombra caída.
La personalidad operante no es más que una faceta de las muchas que tiene la joya que es el Alma. Y si ni la personalidad
puede perderse en esencia, si acaso sí lo hace en sus manifestaciones, accidentes y contingencias, ¿quién osa decir que el
Alma, la esencia, sí es susceptible de perderse? Cuando se habla del Alma que es susceptible a perderse, esas personas se
refieren, consciente o inconscientemente, al alma animal o sensitiva, pero no al Alma en sí, en Esencia. Y esta aclaración
da paso a un indicativo de la forma en que personas semejantes se enfrentan a la realidad, así como a una crítica de esta
aproximación: ¿Existe eso llamado infierno, o no es más que un estado subjetivo proyectado por el alma, el cual aparentemente
es un lugar objetivo y autoexistente?. Este infierno de fábulas (el "objetivo" y "autoexistente") es una
pesadilla, así como el "cielo" es un sueño inefable, y el Alma (en su aspecto de Conciencia en el sentido más elevado
de la palabra, así como en el que se le da en la realidad de los efectos) tiene la capacidad, como el soñador lúcido, de escoger
entre uno y otro, de pasar a uno u otro, o remontarse a la realidad que hay más allá de estas creaciones proyectadas.
Nadie puede jactarse de ser un auténtico filósofo si su conciencia operante no se ve en vela por causa de esta fascinación
por el Alma, que es el climax de la conciencia y su inflexión para lograr cada día una mayor expansión. Y si el Alma por sí
misma es el receptáculo de la más elevada sabiduría, cuya luz siempre irradia sobre la conciencia operante, entonces, ¿cómo
no amarla en el más elevado de los sentidos, si al hacerlo no hacemos más que amarnos a nosotros mismos?. Es el receptáculo
del Amor Divino, de ese Amor cuya comprensión otorga los dones de Sabiduría y Poder más sublimes y excelsos. Ese Amor es el
vínculo de los vínculos, uno de los poderes más excelsos del cosmos; la fuerza que sostiene al multi-verso y mantiene a su
substancia en manifestación. Sí: este Amor, como todas aquellas virtudes que creemos abstractas, es un poder muy real, tangible
en los mundos superiores como es abstracto en los inferiores. Es este Amor el que mantiene en unión las distintas partes del
cosmos, conformando y sosteniendo al universo como un todo, incluso en sus manifestaciones físicas, de las cuales la simpatía
y la atracción magnética sólo son formas de cohesión en un nivel u otro de la existencia. ¿Y dónde mora esta fuerza? En el
Alma. Y el Alma puede hacer uso de ella, así como de todas aquellas virtudes y poderes que sean atraídos por su influencia.
El Alma es, como la describieron los antiguos Alqumistas (y todavía muchos actuales) la Soror Mystica, la Amante del Alquimista.
Y el amor del Alquimista por su Alma (por su esencia, por lo real en su individualidad) deber ser más grande que él mismo
(su ego, conciencia operante), y el amor de esta Alma por Dios debe estar más allá de toda medida. Entonces, el auténtico
Filósofo, al igual que los antiguos trovadores, está listo y dispuesto, con placer, a ser un siervo de su amada, porque al
saber que esto es así, en realidad deviene en su señor. Por ello, uno de los sacrificios que debe hacer el practicante del
arte será dejar a un lado su conciencia limitada para sumergirse y elevarse en alas de su conciencia total. Llegará el tiempo
en que deberá silenciarse y simplemente dejar que su Alma vuele libre y le conduzca hasta las más inefables moradas del Cielo...hasta
el Trono del Inefable Uno, que será donde la Amada, en un último arrebato erótico, fije su conciencia en el Amore, el "A-mors",
el estado "sin muerte"; el estado donde la muerte se ha trascendido porque se ha pasado por su Umbral por última
vez. Después de eso, no existe ni aquí ni allá, todo es un punto manifestándose en varias circunferencias a la vez, en sincronía
perfecta.
Pero en el proceso que parte del completo despertar del Alma, hasta culminar en su Glorificación en Unión con el Espíritu
puro, ella desenvuelve facultades que le son propias, las cuales son sus virtudes inherentes desde el principio, y que con
la práctica y el desenvolvimiento completo, pueden llegar a ser Poderes Divinos. Ahora los trataremos con cierta amplitud.
VERA IMAGINATIO.
Diferencia entre Imaginación y fantasía.
Para definir a cada una según el contexto en el cual las trataremos aquí, mencionaré que ambas están interconectadas y
que una depende de la otra para tener actividad en el nivel del ser sobre el cual se esté operando o al cual se trate de influir.
Pero, a pesar del complejo mecanismo que logran conformar juntas, hay que notar que la Imaginación no es lo mismo que la fantasía.
En una parte del Rosarium, se dice: "Et vide secumdum naturam de qua regenerantur corpora in visceribus terrae. Et hoc
imaginare per veram imaginationem et non phantasticam"...Con la Imaginación Verdadera y no con la fantástica. La fantasía
se refiere a lo que sólo existe como una idea insubstancial en la mente, y la imaginación a lo que puede manifestarse actualmente
en un momento dado, basándose en las experiencias previas que de alguna manera se relacionaron con el evento que está por
manifestarse. La Imaginación es masculina (activa) y la fantasía es femenina (pasiva). La primera consiste en transformar
algo con respecto a lo que experimentas o experimentaste en algún momento. Y la segunda se aplica en llevar a cabo una transformación
con respecto a lo que deseas o deseaste (y que no se ha dado en acto). Digamos que la fantasía contiene las representaciones
de las cosas que son formadas en la mente al desear algo, hasta que se den las oportunidades y condiciones necesarias para
que esas representaciones puedan devenir en realidades manifiestas tangiblemente. Aquí se piensa en el resultado final de
alguna acción o sucesión de efectos, pero no en el proceso que tiene que seguirse para llegar a dicho resultado; es como ver
que se está cosechando, antes de tener una mínima idea de cómo preparar la tierra o del proceso que se sigue para la siembra.
La fantasía sólo considera al resultado de una serie de eventos (a los cuales no toma en cuenta, y cuando lo hace sólo les
da una mínina importancia) como la realización de un deseo. Por otra parte, la Imaginación considera esas cosas que la fantasía
deja de lado. La Imaginación idea los métodos para transformar la realidad y lograr, de esta manera, la manifestación concreta
del objeto concebido en la mente de forma abstracta. La imaginación transforma la realidad para que las cosas se den, sin
esperar a que una influencia sobrenatural (externa a ella misma) actúe sobre las circunstancias y las ordene para que algo
pueda darse. Aquí se trata, siguendo nuestro ejemplo anterior, de planificar todo el procedimiento que habrá de seguirse para
el cultivo; preparar el terreno que habrá de servir para la siembra; seguir con exactitud el método para sembrar; verificar
que las estaciones estén de nuestro lado; sembrar y, al final, esperar la cosecha, sabiendo con seguridad que habrá de darse
porque se siguió un método que al ser puesto a prueba a lo largo del tiempo, siempre ha sido efectivo (y es efectivo también
porque está de acuerdo al orden de la naturaleza, pues sigue sus leyes). Ejemplos como el anterior no son improvisados, sino
que han sido las ilustraciones de las que los Alquimistas se han servido para dar una idea de los métodos que han de seguirse
en el Arte. De ahí que a la Alquimia muchas veces se le llamara "Agricultura Celeste". Y con esos ejemplos los Alquimistas
han dicho implícitamente que, más que esperar las oportunidades para lograr lo que queremos, debemos transformar las circunstancias
para que esas oportunidades se nos presenten. Así, somos los creadores de oportunidades. Y esto no es exagerado. Por eso,
en el Theatrum Chemicum, un autor anónimo dice: "Te lo ruego, mira con los ojos del Espíritu (Mens) el arbolillo del
grano de trigo respecto de todas sus circunstancias, para que puedas plantar el Árbol de los Filósofos". Y precisamente
esto alude a las operaciones de la Imaginación Activa o Creativa, como también se le ha llamado últimamente a la Imaginación
Real.
El Poder en Acción..
En su libro Psicología y Alquimia, el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung dice que los procesos de la imaginación ligados
al opus no tratan de concebir esquemas desprovistos de toda substancia como se suelen considerar las imágenes fantásticas,
sino que lo que se concibe es un corpus sutil, algo corpóreo y de naturaleza semiespiritual. Más adelante, sigue diciendo
que "la imaginatio es, pues, un extracto concentrado de las fuerzas vivas, tanto corporales como psíquicas". Y de
esto se sigue que, para lograr lo anterior, el operador trabaja con su propia Quintaesencia. En su Lexicon Alchemiae, Ruland,
siguiendo a Paracelsus, define la imaginatio como: "La imaginación es el astro (astrum) en el hombre; el cuerpo celeste
o supraceleste". Aquí el astrum se refiere a una cualidad de la Quintaesencia, que es la Luz Astral o sideral (Anima
Mundi) presente en el Alquimista.
El Dr. Franz Harttmann y W. Leadbeater en su libro "los elementales", definen así a esta facultad de la Mente:
La Imaginación es el poder plástico del Alma, producido por la conciencia activa, el deseo y la voluntad. Entonces, esto nos
da un entendimiento mayor sobre aquello que tratamos. La imaginación es el espejo mágico más efectivo que pueda usarse; y
como tal, siguiendo a Giordano Bruno, filósofo Hermético del renacimiento, decimos que al imaginar y al pensar--entendido
herméticamente--"especulamos (especular, de speculum, espejo) con imágenes". La Imaginación Real consiste en proyectar
voluntariamente las imágenes substanciales (de substancia etérica, la cual es semimaterial, semiespiritual) con las que contamos
en nuestro interior (en el inconsciente y en el archivo akáshico individual del cuerpo etérico). Estas imágenes pueden ser
los arquetipos contenidos en la Primera Materia o las ideas contenidas en el plano mental. Con la expresión del deseo, dirigido
por la voluntad, se les hace aparecer visiblemente en la pantalla mental (lo que antiguamente se llamaba esfera mental); y
sosteniéndolas ahí, pueden ser transformadas y moldeadas mediante una firme proyección de la voluntad.
En ocultismo se ha venido llamado vista sutil a la facultad que tiene el Mago para ver cómo ocurren las operaciones etéreas
durante sus experimentos con las energías ocultas de la naturaleza. Pues bien, esto es cierto. La Imaginatio alquímicamente
entendida abarca esta vista sutil y la lleva hasta su grado más alto, que consiste en ver realmente (y no hablamos de alucinación
autoinducida) los procesos sutiles de la naturaleza y sus arquetipos perfectos, que son aquellos que el Inefable imagina.
Esto se lleva en la dirección opuesta, pues también consiste en reproducir en uno mismo el despliegue del ser que fue develado
en la Creación, la cual no es más que una imagen sostenida por la Mente Divina. Por eso, en el libro la Torre de la Alquimia,
David Goddard asegura que: "el Eterno emana, desde la Eternidad una imagen de Sí Mismo (la Creación), y lo que la sostiene
es el constante reflejo de la Divinidad, la prístina 'corriente de conciencia' en la que se bañan todas las unidades de conciencia.
A este respecto, nosotros, como hijos del Eterno, lo reflejamos al crear con Él nuestro mundo interno y externo dentro del
tiempo y del espacio". Y Maurice Aniane sigue diciendo en su sensacional ensayo titulado Alquimia: el yoga cosmológico:
"Así pues, cuando los autores herméticos hablan de "ver con los ojos del espíritu", no es un asunto, como creyó
Jung, de una proyección alucinatoria de la psique individual o colectiva sobre las substancias químicas cuya verdadera naturaleza
permanecería básicamente desconocida; es una cuestión de una "divinización" del misterio de las cosas, en primer
término del aún ambiguo misterio del alma del mundo y luego del luminoso misterio del espíritu. Es cuestión de no ver más
ya las cosas como la humanidad--hereditaria o colectivamente--las sueña, esto es, en su exterioridad sensorial, sino más bien
como Dios las sueña, esto es, en su interioridad espiritual."
En un nivel intermedio, que podríamos llamar psíquico-mental, esta Imaginación es una de las formas más poderosas de evocación,
porque cualquier objeto dotado de materia sutil, que es proyectado hasta lograr un estado semiautónomo, comienza a adquirir
poder entre más se le sostiene en la mente con ayuda de la voluntad. Y esto es porque toda forma creada así, atrae de la Luz
Astral y del Éter los elementos correspondientes a su naturaleza, magnetizándolos y asimilándolos en sí misma hasta que deviene
en una forma tangible, incluso. Precisamente usando este procedimiento, muchos Alquimistas a lo largo de la historia han creado
sirvientes y vehículos de distintas clases, usando el método de espiritualizar la materia o el de materializar el espíritu.
Pero este ejemplo es sólo uno entre varios que ilustran las operaciones que se llevan a cabo mediante esta maravillosa facultad
denominada Imaginación Real. Por último, diremos, como uno de los autores anónimos del Theatrum Chemicum: "Tú puedes
concebir las cosas más grandes, pues te hemos abierto las puertas".
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El Alquimista meditando, mientras une lo de arriba y lo de abajo. Pintura de Rembrandt |
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Alquimista meditando durante el estado del Nigredo. De Jamsthaler, Viatorium Spagyricum |
MEDITATIO.
VITRIOL. "Visita Interiora Terrae. Rectificando Invenies Occultum Lapidem" (Visita el Interior de la Tierra
y recificando encontrarás la Piedra Oculta)--Dictum philosophicum.
"Y como todas las cosas vienen del Uno, en virtud de la meditación del Uno..."--Tabula Smaragdina Hermetis.
"A través de la meditación influímos sobre la materia prima del nivel divino, al que pertenece la Sabiduría"--tomado
de Alquimia. Helmut Gebelein.
"Aquiétate y sabe que Yo Soy Dios"--La Biblia
En el Lexicon Alchemiae de Ruland, que ya hemos mencionado antes, se dice que "se usa la palabra meditatio cuando
se sostiene con alguien, que es empero invisible, un íntimo (internum) coloquio, así como con Dios después de haberlo invocado,
o con nosotros mismos o con el ángel bueno". Al respecto, en el libro Psicología y Alquimia, Jung sobreentiende que esta
meditación está relacionada con las técnicas psicológicas de discusión con el inconsciente; sin embargo, también advierte
que no se trata de una mera reflexión, sino de un coloquio interior con el cual se establece "una relación viva con la
voz del 'otro' que está en nosotros y nos contesta, precisamente, pues, del inconsciente". Un poco más adelante, trata
de ir mas allá al añadir que el concepto de meditar ha de entenderse "en el sentido alquímico de un diálogo creador por
el cual las cosas que se hayan en un estado potencial inconsciente pasan a un estado manifiesto"; pero, una vez que ha
enunciado eso, el médico suizo no llega más allá. Sólo sigue mencionando que la meditatio caelestium bonorum "se concibe
como una relación dialéctica viva con ciertos elementos dominantes del inconsciente", y que "la relación con las
potencias invisibles del anima constituia el verdadero secreto del magisterium". Pero con esto piensa que ha ido demasiado
lejos (más allá del terreno de lo experimentable, según lo entiende la generalidad de la comunidad científica), y luego cambia
el tema....justo en el momento en que el umbral se aparecía ante sus ojos y la puerta se abría ante su mirada para invitarle
a ir más allá y percibir el secreto de la cuestión de esta técnica que es capaz de vincular a los mundos por medio de su soporte
principal, que es la Mente Divina. O quizás sí vio el gran secreto, pero no lo comunicó...Porque ¿quién es aquel que osa comunicar
los asuntos de los inmortales hablando en lengua de mortales?. Es por eso que en el corpus hermeticum, Hermes dice: "...Para
contemplar la Belleza del Bien, esa Belleza incorruptible de la que lengua ninguna puede hablar. Sólo entonces la verás, cuando
no puedas hablar de ella; pues el conocimiento de ella es un profundo silencio, y la supresión de todos los sentidos. Aquel
que ha aprehendido la Belleza del Bien no puede aprehender otra cosa; quien la ha visto, no puede ver otra cosa; no puede
oír hablar de otra cosa; no puede mover su cuerpo en absoluto; olvida todas las sensaciones corporales y todos los movimientos
corporales, y está quieto. Pero la Belleza del Bien baña su mente en la luz, y atrae para arriba hacia sí su alma, y la extrae
(extrahere, projectio, absorción, inspiración) del cuerpo, y cambia al hombre entero en su substancia eterna. Pues no puede
ser...que un alma se convierta en un dios mientras mora en un cuerpo humano; debe ser cambiado, y luego contemplará la Belleza
del Bien, y con Ello devendrá un Dios" (libelo X).
En este único párrafo tenemos dicho todo lo que es necesario dar a entender acerca de la meditación hermética, ya que
sólo en él están dadas las características e incluso el procedimiento grosso modo que se sigue en la técnica; pero como todavía
no hemos desarrollado la comprensión aurea aquí (no hemos hablado de ella, ya que sé que varios que leen ya la han desarrollado
hasta cierto punto naturalmente), entraré en detalles, pero sin profundizar demasiado por ahora.
Se dice que se deben suprimir las sensaciones, estar inmóvil y en silencio. Todos los sentidos deben absorberse en la
Esencia y unificarse con ella, hasta el grado de perderse a sí mismos en Ella. Pero con--por medio de y gracias a--esta absorción,
la luz comienza a fluir y el cuerpo (tanto el físico como los otros tres vehículos materiales) termina convirtiéndose en un
receptáculo completamente receptivo y transparente a su influencia, para devenir poco a poco en su semejanza. Esta técnica
de meditación es la más avanzada, llamada "Meditación Hermética del Silencio". Pero sin tomar en cuenta su nivel,
ella misma es la base para las técnicas de niveles inferiores que se usan, precisamente, para lograr acceder a ella. Y aquí
vemos precisamente uno de los datos que diferencian claramente a todos los tipos de meditación hermética de sus contrapartes
orientales o de otras clases. La meditación hermética toma en consideración al hombre en tanto que cuerpo, mente y alma. Por
ello, en estas meditaciones también se trabaja para cambiar el cuerpo físico y elevarlo de frecuencia y de vibración, hasta
que alcance y esté a la par de su arquetipo (el cual también debe llegar a ser perfecto), que es ese al que llamamos cuerpo
etérico (el cual no debe confundirse con el cuerpo bioplasmático, constituido por éter de orden inferior). Así, transmutamos
el cuerpo físico también, cuando en muchos sistemas místicos sólo se preocupan por el alma y por la mente junto con las facultades
de ambas. Pero el espíritu necesita un sostén material para manifestarse. Y el orden de materia que necesita no es la materia
más densa que vislumbramos actualmente con nuestros ojos físicos. Se trata de la "nueva tierra" de la que se habla
en varias escrituras sagradas. Por eso: "venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo".
Que la Gloria terrestre sea el reflejo consumado de la Gloria de lo celeste; que la tierra (materia) deje de ser sólo una
sombra, como lo es ahora, del Cielo (espíritu); que el Cielo y la Tierra se desposen para que den nacimiento a esa Tierra
Nueva con la que soñaron los místicos a lo largo de las eras, tanto en un nivel microcósmico como macrocósmico. Así sea. Así
es. Así será. ES.
Niveles de meditación.
Conforme el practicante de Alquimia avanza en el recorrido de los niveles de la Gran Obra, realiza que la meditación es
una herramienta muy valiosa, ya que con ella puede establecer un vínculo entre él y la inteligencia (entidad) a la que debe
asemejarse y de la que debe obtener la ayuda necesaria según avanza. En cada mundo y en cada nivel, debe "despertar"
a una cualidad o virtud en específico, que será la que le ayudará a culminar el tránsito de ese nivel satisfactoriamente.
Para ello, el practicante necesita establecer la unión con el vehículo de conciencia que necesitará para manifiestarse en
ese nivel determinado de su progreso. Entonces, su labor general podría ser descrita así: El aspirante a Alquimista debe unificar
las partes separadas de su conciencia, hasta asimilarlas en un todo, y terminar de "construir" sus vehículos de
conciencia inacabados. Así, en el primer nivel, se asocia con su propio inconsciente; en el segundo, con las potencias invisibles
del Alma; y en el tercero, con el Glorioso Espíritu. Lo esencial que debe lograr es aprender a escuchar la voz de su conciencia,
a través de la cual, poco a poco, irán manifestándose el inconsciente, las potencias del Alma y la Sabiduría y Virtud del
nivel Superconsciente. Bien se ha dicho que la meditación es un diálogo creador, y la palabra diálogo se refiere a la unión
de dos partes de un todo, que se encuentran, cada una, en su respectivo nivel de operación. En el primer nivel, este diálogo
se da entre las partes del inconsciente y las cualidades de la conciencia operante; y el puente que permite la comunicación
y la comunión (común-unión) posterior entre ambos, es el subconsciente. En el segundo nivel, este diálogo se mantiene, usando
el lenguaje y los mecanismos propios de la intuición, entre las "partes" superiores del Alma (las que conforman
la Individualidad) y la conciencia que, llegada a este nivel, ya comprende (tanto en el sentido de "abarcar" como
de "entender") al inconsciente y sus funciones, y por lo tanto, ha logrado hacer que se manifiesten en su campo
de actuación. En este nivel, el Alma y la conciencia llegan a ser Una, gracias al puente que las une: la mente (humana, inferior).
Y realmente sólo así se puede ascender al tercer nivel, donde el Alma debe desposarse con su Señor y Dueño: el Espíritu Glorioso.
El producto de estas nupcias será el Cuerpo Solar Inmortal, y por lo tanto, la Piedra Filosofal, elevada hasta la cualidad
de Piedra de los Sabios.
Tipos de meditación y los pasos a seguir.
Dentro de la corriente hermética, se han legado dos tipos de meditación: el tipo activo y el tipo pasivo. El primero consiste
en el desarrollo y aplicación de técnicas preparatorias con el objetivo de entrenar la mente junto con sus facultades, y dignificar
los poderes del practicante (hacerlos aptos para la práctica del Opus), a la vez que éste desarrolla en su personalidad aquellas
virtudes que necesitará aplicar en sus operaciones durante el ejercicio de la Gran Obra. También, dentro de los objetivos
de este tipo activo de meditación está el lograr resultados a corto plazo o a largo plazo con respecto a asumir el pleno gobierno
de las circunstancias que conforman la vida del practicante. Dentro de este tipo se incluyen todas aquellas técnicas que desarrollan
la especulación, la reflexión, la proyección, la visualización, etc., aplicadas para distintos fines y enfocadas en objetivos
determinados para cambiar directa o indirectamente la realidad inmediata del practicante hermético. El segundo tipo de meditación,
se realiza generalmente durante las operaciones de la Gran Obra propiamente dichas, con distintos objetivos: desde dignificarse
para convertirse en un vehículo consciente del Yo, hasta alcanzar la perfecta unión entre los vehículos de conciencia del
practicante, y entre su conciencia individual y la Conciencia del Ser, de la divinidad. Dentro de este tipo, se incluyen:
las técnicas de coloquio interior con el Yo (diálogos con el Maestro Interno), la meditación trascendental o del Silencio,
la meditación de la Nada, etc.
Indicamos al lector que la semántica aquí puede ser algo confusa, por lo cual aclaramos: Estas dos designaciones, "tipo
activo" y "tipo pasivo", no son del todo correctas, ya que "los extremos se tocan" y "cada principio
contiene a su puesto". Así, la inmovilidad perfecta responde a una cualidad muy semejante a la que se experimenta en
el movimiento perfecto. Y cuando el Alma es exaltada hasta su punto más alto, y la conciencia le sigue, el cuerpo parece permanecer
completamente inmóvil, y todas sus facultades sensoriales también, como si hubieran sido suspendidas; pero esta inmovilidad
se da sólamente en el nivel físico, porque en el nivel del alma el movimiento se ha acelerado hasta una velocidad, por decirlo,
que no se puede medir en los dominos del tiempo cronológico. Al principio, esto no se percibe del todo bien; pero a partir
del segundo nivel de la Gran Obra, se experimenta lo que es el éxtasis, estando del todo consciente de lo que se está experimentando.
Así es como en los momentos de felicidad, por ejemplo, el Alquimista puede aprehender al alado Kairós, y lograr que su conciencia
permanezca fija a él, libertándose así del dominio de Kronos. En los primeros pasos de la técnica de meditación, todo consiste
en observarse a uno mismo, en observar nuestro interior. Debemos encontrar la Fuente de Vida, que yace inadvertida en el centro
del jardín de nuestro ser. El segundo paso consistirá en observar atentamente el exterior, y comenzar a verlo como realmente
es, sin emitir juicios; sólo siendo una parte del esquema general de todas las cosas. Pronto, la luz que en este nivel se
libera de uno mismo (de la Fuente Interna), será contemplada en el exterior también, ya que para entonces el Alma no se ve
restringida a su vehículo denso (el cuerpo físico), sino que se contempla a sí misma siendo todo aquello que contempla, como
si viera su propia Luz reflejada en un espejo. Por ello, que el Inefable nos conceda que nuestra Alma brille más sea más brillante
que la superficie de un espejo reflejando la luz de la luna llena en medio de una noche obscura. Y por último, el tercer paso
consiste en mirar al mismo tiempo el exterior y el interior de uno mismo, viéndolos como la Unidad perfecta que son y que
siempre han sido. Aquí la conciencia operante, realmente ve todos los niveles del ser como lo que son en realidad: niveles
de actividad en los cuales se manifiesta simultáneamente, y a través de los cuales puede ejercer su acción.
EL ENSUEÑO DEL ALMA.
"Dormiens vigila"(Vela en el sueño)--dictum philosophicum
"Todos los espíritus, y como quien dice las esencias de todas las cosas, están ocultas en nosotros; nacen y brotan
sólo por la actividad, el poder y la fantasía del microcosmos...Por consiguiente, ningún hombre puede ser feliz o próspero
como mago, si no sabe cómo activar la virtud mágica de su alma, o no es capaz de utilizarla en la práctica..."--Francis
Barrett, The Magus.
"En verdad te digo que el mundo está en el interior de este cuerpo de un metro ochenta centímetros de altura"--Buddha.
"El hombre, tal como es en la actualidad, ha dejado de ser el Todo. Pero cuando deje de ser un individuo separado,
se elevará de nuevo e impregnará el Universo"--Plotinus.
"Juro que no se expiará este pecado de ustedes hasta que mueran--lo ha dicho el Señor de los Ejércitos"(Isaías
1: 22, 14)
"Por lo tanto, estén en vela, pues no saben qué día vendrá su Señor"--(Mateo 24:42)
"Si el grano de trigo cae en tierra y no muere, queda infecundo; en cambio, si muere, da fruto abundante"--(Juan
12: 24 y 25)
"Dentro de ustedes está el reinado de dios"--lucas 17:21
El Alma y sus instructores: Hypnos y Thanatos, los gemelos en el Silencio.
En muchos tratados, se habla de tres términos con respecto a la meditación: el sueño, el silencio y la muerte. Se dice
que cuando la cantidad de pensamientos disminuye hasta alcanzar un nivel en el cual sólo se manifiestan uno o dos pensamientos
en 5 minutos, la conciencia se está aproximando a una inmersión completa en la inconsciencia. Y esta es la "muerte"
principal que se da en el primer nivel de la Obra, llamada "noche obscura de la mente". Y se le llama así por los
síntomas que se presentan en la conciencia al verse invadida por los contenidos inconscientes. Aquí la conciencia no está
del todo preparada para la acometida, y se defiende porque piensa que será absorbida por completo en la inconsciencia.
La segunda muerte, se refiere a la que se experimenta cuando el Alma puede liberarse conscientemente de sus vehículos
más densos, llevando consigo sólo el cuerpo etérico, su traje más sutil; y a veces incluso se libera de éste en un arrebato
de éxtasis exaltado en el cual la única consciencia que se pierde es la del paso del tiempo en el dominio de Kronos. Entonces,
aquí se habla de una proyección en la cual se verifica una separación entre la conciencia y sus vehículos, lograda voluntariamente.
Es como un conductor que sale de un auto porque ha llegado a casa y, al menos durante su estancia en la vivienda, no requerirá
del auto para transportarse. Esta es una de las formas de lograr el solve et coagula (disuelve y condensa), que es una manera
de "separar lo sutil de lo denso" en el microcosmos. Se dice que ésta es la "segunda muerte" o "muerte
mayor". Y para definir a qué se refiere, nada mejor que una cita de libro: "A suggestive enquiry into the Hermetic
Mystery", escrito por la Señora Mary A. Atwood: "Existen dos muertes: la que se conoce a nivel universal, en la
que el cuerpo se libera del alma; pero la otra muerte, peculiar a los filósofos (alquimistas), es aquella en la que el alma
se libera del cuerpo; una no sigue totalmente a la otra. La naturaleza también disuelve aquello que une; y de la misma manera,
el alma puede disolver aquello que une; es cierto que la naturaleza une al cuerpo con el alma, pero el alma se une al cuerpo.
La naturaleza, por consiguiente, libera al cuerpo del alma, pero el alma también puede liberarse del cuerpo. Es decir, si
sabe cómo hacerlo, y se le ha otorgado la disposición adecuada, puede disolver su propio vehículo concebido, e incluso los
lazos paternos, y regresar de manera consciente (mientras permanecen los principios elementales que conforman el vehículo
denso, claro, y que aún no deben partir, puesto que la muerte física no ha llegado) bajo el dominio de otra ley de vida. Ese
era el camino a la "muerte preciosa" que celebraban los antiguos adeptos, la "cabeza del halcón de Hermes",
que es el inicio de la Obra."
Aquí hay que señalar que no nos estamos refiriendo a proyección astral o mental. La primera puede realizarse desde los
primeros pasos del Nigredo (primer nivel de la Gran Obra), y la segunda puede experimentarse de forma exitosa desde los primeros
pasos del Albedo (segundo nivel de la Gran Obra). Con esto no queremos demeritar a la una o a la otra, sino que queremos dar
su nombre correcto y su definición correcta a cada una de estas proyecciones. Si bien es cierto que todo depende de las características
individuales del practicante, y de sus capacidades inmediatas ya desarrolladas potencialmente, aquí nos referimos a la proyección
de la conciencia más elevada en el individuo (individualidad) fuera de su vehículo más denso, que es el cuerpo físico. Y la
conciencia total (el Alma) se proyecta fuera sirviéndose de su vehículo más sutil, que es el cuerpo etérico. Sabemos que por
sí misma, el Alma no necesita de vehículos para manifestarse en un lugar o en otro, pues todo el universo es abarcado por
ella; pero sí requiere de un vehículo para actuar e influir eficazmente en los distintos niveles que puede abarcar dentro
de su círculo de influencia mientras permanece individualizada.
Para lograr esta segunda muerte, se siguen varios pasos; pero el principal es: entender la naturaleza del sueño y de la
realidad. "Todo es un sueño dentro de otro...", han dicho los Filósofos. Y Maurice Aniane dice en su ensayo Alquimia:
el yoga cosmológico: "...Estas realidades ocultas están siempre presentes, mas los ojos de los hombres ordinarios no
las ven -solamente los ojos del intelecto y la fuerza de la imaginación, que perciben con visión cierta. "El alma caída
sueña a modo de olvidar la ausencia de Dios, esto es, la muerte; ella sueña la condición individual, al universo sensorial
y las mil formas en las que él se encuentra y busca convertirlas para su placer, en las artes, las ciencias y técnicas del
mundo profano. El alma debe morir a su sueño para redescubrir a Dios. Por eso es que los métodos propiamente espirituales
buscan que matar el ensueño del alma, sé a través de la implacable pregunta "¿quién soy yo?", O más bien, en nuestro
tiempo, por la invocación del Divino nombre. Por el contrario la alquimia[...]hace uso de la necesidad de sueño del alma;
en vez de "violentar el alma" por la pregunta drástica o la invocación ella expande su sueño a la magnitud del universo
y disuelve su prisión individual a través del amor por la belleza del mundo. Cuando el lugar del sueño no es más ya el alma
separada sino el alma del mundo, cuando el sueño no es mas ya la "viscosidad" de las apariencias sino la naturaleza
virginal en su secreta pureza, pueden luego, para despertar el oro, intervenir los métodos espirituales apropiados: ¿Quién
sueña? Es preguntado y la Piedra misma proclama el Divino Nombre."
"Dormiens vigila", han dicho los Alquimistas: "Vela en el sueño". ¿Pero qué es el sueño en realidad?
Es un arcano, una clave esencial; y esta pregunta sólo puede ser respondida a su tiempo, cuando el Oro deje de soñar que es
plomo y el plomo despierte siendo Oro. Homero dijo con justa razón que "el Sueño (Hypnos) es el hermano gemelo de la
Muerte (Thanatos)". Y el por qué de esto, está aquí: Así como en el sueño fisiológico (el que marca el tiempo de descanso
para el cuerpo físico) la conciencia atraviesa por varias etapas, y en cada una de ellas va retirándose paulatinamente de
ese vehículo denso, la meditación también atraviesa por etapas parecidas. En el sueño fisiológico, existe un momento realmente
mágico en el cual la conciencia operante no está ni dormida ni despierta. A este estado de transición suele llamársele "duerme/vela"
popularmente o, de manera más correcta, estado hipnagógico. Pues bien, así como en el sueño, la conciencia operante se desapega
paulatinamente del cuerpo físico, en la meditación, la conciencia esencial que se desapega, por etapas, de la conciencia del
ego--que es la operante--y de su vehículo, es la del Alma. Algunos filósofos antiguos hacían alusión a este fenómeno cuando
decían: "poner al Alma en estado de sueño". Y usando la analogía, así como después de haberse desligado del cuerpo,
la conciencia operante crea su mundo propio y lo proyecta a un estado objetivo para manifestar lo que llamamos experiencias
oníricas (entendidades comúnmente como "sueños"), el Alma al liberarse hace lo mismo, sólo que en un nivel más elevado:
Proyecta su realidad interna y la hace objetiva, aunque lo sea sólo para ella misma, logrando así que su realidad imaginada
permanezca como "propia" mientras está dentro de su propio mundo conformado mediante la Mente, la cual es interpretada
por el Alma según los poderes de ésta y el alcance de los mismos. Luego, cuando el Alma ha logrado reintegrar en sí misma
las proyecciones (esto es: la energía que fue moldeada para manifestar estas proyecciones como "formas de pensamiento"),
ya puede mirar más allá de su propia esfera de influencia, logrando así conectarse con el Alma del Mundo. Pero lo cierto es
que con esta expansión lo único que hace es dirigir su atención a un campo más vasto que aquel que, en un principio, creía
que abarcaba originalmente con su conciencia. Por esto, es que el reintegrar las energías es tan importante; porque son estas
energías las que sirven de impulso para llegar mucho más allá de lo que se ha concebido hasta un momento determinado. Y a
esta reabsorción y reasimilación de las energías que antes fueron proyectadas por el alma para conformar su propio mundo dentro
de su esfera de conciencia; a esta expansión del enfoque para abarcar lo que está más allá de la individualidad del alma para
llegar a concebir la totalidad del alma del mundo; a este despertar de su sueño, se le llama "muerte" (del sueño)
o "despertar" del Alma. Esto muchas veces causa reacciones ciertamente incómodas en la conciencia operante; pero
estas reacciones son necesarias para poner en marcha el mecanismo que nos permitirá organizar los elementos de la conciencia
que requieren un ajuste, para que luego nos sea posible alinearlos con el nuevo orden de conciencia que se ha desarrollado.
A esto se le llama la "Noche obscura del Alma", y es noche obscura porque aquí el alma se encuentra con su vasta
obscuridad, obscuridad de un vacío que antes había llenado con formas de pensamiento e imágenes mentales proyectadas. Aquí
el alma debe encontrarse con su propia luz y usarla para unirse con la parte más elevada de ella misma, que es el Espíritu
puro. La luna muere y se obscurece porque su luz debe cederle el paso a la luz del Sol.
Antes de seguir, diremos que el mundo que el alma crea con su imaginación, le sirve a ella misma como un puente entre
los reinos del Espíritu y los de la Materia. Por medio de este puente puede pasar del uno al otro o actuar e influir sobre
ambos, alternativa o simultáneamente. En la mayoría de las almas individualizadas que todavía no han "concentrado"
el Alma del Mundo en su propia esfera de influencia, este reino intermedio de cuerpos sutiles es llamado "el imaginal",
neologismo creado por los shamanes americanos. Pero este "imaginal" no es más que la capa inferior, presente en
el microcosmos, que se acopla en los arrebatos de éxtasis con el mundo etérico de los arquetipos perfectos. Este imaginal,
era llamado Astrum por Paracelso.
En lo referente a esta facultad imaginativa/creativa del Alma, un autor anónimo en el tratado "De sulphure",
texto que forma parte del Museum Hermeticum, declara usando la analogía para ejemplificar las relaciones y semejanzas entre
el macrocosmos y el microcosmos: "El alma rige la mente (inferior) y ésta al cuerpo. El alma opera en el cuerpo (operatur);
pero la mayor parte de su función (operatio) la ejerce fuera del cuerpo (en la proyección). Esta cualidad es divina, pues
la Sabiduría divina está encerrada sólo en parte en el cuerpo del mundo, en tanto que la mayor parte está afuera, e imagina
cosas muy superiores a las que puede concebir el cuerpo del mundo, y esas cosas están fuera de la naturaleza: son los propios
secretos de Dios. El alma es un ejemplo de ello: también ella imagina muchas cosas profundísimas fuera del cuerpo, lo mismo
que Dios. Desde luego que lo que el alma imagina acontece sólo en la mente (racional, intermedia--en el plano mental) y que
lo que Dios imagina acontece, empero, en la realidad. Pero el alma posee la potestad absoluta e independiente de hacer cosas
diferentes de las que el cuerpo puede concebir. Pero, si lo quiere (y si su impulso de voluntad se manifiesta con fuerza en
este plano), el alma posee la máxima potestad sobre el cuerpo (potestatem in corpus); si no fuera así, nuestra filosofía sería
vana..."
La muerte última por la cual se debe atravesar es la que permite cruzar el Umbral de los mundos. En esta el ego muere
(se disuelve) por completo a su condición de imperfección y separación del Yo, terminando por convertirse en el perfecto reflejo
de éste, en una extensión de Su Conciencia. Este es el objetivo primordial y principal de la meditación trascendental y del
silencio en hermetismo. Habiendo llegado más allá de la Primera Materia y del mismo Caos, la conciencia llega al Umbral y
se enfrenta con el Guardián; cruza el Puente (llamado Abismo) que le permitirá pasar al nivel más alto del macrocosmos. Entonces,
llega a la Nada (el Vacío, Ain, Sunyata). Aquí, toda conciencia de ser una entidad separada del todo, se hunde en la inconsciencia
y en la nada. Si al contemplar la Primera Materia se contempla la Gracia, que es la Luz que brota del Rostro del Inefable,
llegada el Alma a la silenciosa Nada, contempla la Obscuridad Tres Veces Radiante, la Gloria Oculta de la Esencia. Aquí el
Inefable se manifiesta plena y potencialmente; quien llega aquí está solo con el Solo, con el que es Todo en Uno. Se dice
que nadie puede ver la Luz de Dios, porque el hacerlo sería entregarse en manos de la Muerte. Y esto es lo que quiere decir
ese simbolismo: Pocos han sido los que han contemplado la Luz Absoluta, pero los que lo han hecho han muerto a la separación
y a las apariencias de las cosas y del universo. El ego muere por última vez en el proceso, y será esta muerte la que corone
la Vida Eterna. Toda luz que brillaba separada de la Gran Luz, se absorbe en esa Obscuridad que es la Luz más pura que existe,
por lo cual solo Dios puede verla como Luz, como lo que es en Realidad. El Alma se sumerge en esa Obscuridad, abandonando
su propia luz, guardada individualmente, a la Gran Luz del Todo, que es la Nada. La vela que brillaba separada del sol, parece
apagarse porque su luz se pierde en medio del resplandor del astro Rey. El Sol ha salido y abarca el firmamento con todo su
esplandor, así que la luz de la flama ya no es necesaria. Por eso se dice que el sol interno se vuelve tinieblas. Es entonces
cuando se "muere" como murió el Gran Sammael, quien fue llamado "Dios ciego" porque, desde ese Instante
en la Eternidad, dejó de contemplar cualquier cosa que no fuera esa Luz. NO contemplaba nada aparte de esa luz, y sin embargo,
sólo podía mirar esa luz presente en Todo; sólo esa Luz y no otra cosa o cosas. Incluso su misma conciencia se desvaneció
en esa Luz; él mismo se sumergió en ella, y de Su Mente desapareció todo lo que no era esa Luz, la cual desde entonces ha
abarcado la totalidad de su conciencia. Es ver la corriente sobre la que flota todo, la luz oculta de lo aparente...Por eso,
con razón, es el mayor de los Dioses (Elohim).
Esta leyenda ya era antigua cuando la Atlántida comenzó a surgir, pero ilustra muy bien lo que ocurre con la conciencia
individualizada que se une con la Nada, para entregarse a una muerte voluntaria que le retirará el velo de los ojos y le permitirá
ver el Todo en la Nada. "Entonces conoceré como se me conoce". Al respecto, el sabio sufí Abd Al-Kader, declara:
"Existen dos formas de muerte. La que es inevitable y común a todos y la que es voluntaria y son muy pocos los que
la experimentan. La segunda muerte es la que preescribió el mensajero de Allah cuando dijo: "muere antes de morir".
Quienes mueren esta muerte voluntaria será resucitados. Toda la actividad de su vida regresa a la Unidad de Dios. Ven a Dios
a través de Dios. Como dijo el profeta (que la gracia y la paz sean con él): "No verás a tu Señor hasta que estés muerto".
Es así porque mediante esta muerta y esta resurrección todo se convierte en nada y sólo existe Una Cosa: Una Realidad. Para
los Iniciados, todo lo que le ocurrirá a un creyente después de la muerte física se prefigura en esta vida. El hecho de regresar
las innumerables formas de las cosas a Allah y el final de su devenir ("llegar a ser"), es sólo un cambio en la
percepción, no en la Realidad. Para quien muere y alcanza la resurreción, los muchos son Uno mediante una unidad esencial;
y el Uno es muchos mediantes Sus muchos aspectos y relaciones."
Para finalizar, y honrar las potencialidades del Alma como es debido, citaré al corpus hermeticum:
"Si por lo tanto, no te haces igual a Dios, no podrás comprenderle, pues lo semejante es conocido por lo semejante.
Libérate de todo lo que es corpóreo, y crece hasta una extensión semejante a esa grandeza que está más allá de toda medida;
elévate por encima de todo tiempo, y devén eterno; entonces aprehenderás a Dios. Piensa que para ti nada es imposible; considera
que tú también eres inmortal, y que eres capaz de abarcar todas las cosas en tu pensamiento, de conocer todo arte y toda ciencia;
encuentra tu hogar en la guarida de toda criatura viviente; hazte más alto que todas las alturas y más bajo que todas las
profundidades; reune en ti mismo todas las cualidades opuestas, calor y frío, sequedad y fluidez; piensa que estás en todas
partes al mismo tiempo, sobre la tierra, el mar, el cielo; piensa que aún no se te ha concebido; que estás en la matriz, que
eres joven que eres viejo, que has muerto, que estás en el mundo de más allá de la muerte; capta todo esto en tu pensamiento
al mismo tiempo, todos los momentos y lugares, todas las sustancias, cualidades y magnitudes juntas; entonces podrás comprender
a Dios. Pero si encierras a tu alma en tu cuerpo, te rebajas y dices: 'No sé nada, no puedo hacer nada; temo a la tierra y
al mar, no puedo ascender al cielo; no sé lo que era ni lo que seré'; entonces, ¿qué tienes tú que ver con Dios?...Pues el
mayor de los males es no conocer a Dios; pero ser capaz de conocer a Dios, ser capaz de desear y esperar conocerLo, es el
camino que conduce directamente al Bien..."
LA VOZ DEL SILENCIO.
"Dar luz a los que están en las tinieblas y en las sombras de la muerte"--Lucas 1:79
"Though Christ a thousand times in Bethlehem be born, Aun si Cristo en Belém hubiera mil veces nacido,
And not within thyself, thy soul will be forlorn; si no nace en ti, tu alma se habrá perdido;
The Cross on Golgotha thou lookest to in vain, A la Cruz del Gólgota en vano mirarás,
Unless within thyself it be set up again." si dentro de ti mismo no la sabes levantar"
"Marcha a donde no sabes; mira donde no ves; escucha donde nada resuena ni se oye, y estarás donde Dios habla"
(Angelus Silesius, Der Cherubinische Wandersmann)
"Sí, les aseguro que se acerca la hora o, mejor dicho, ha llegado, en que los muertos escucharán la Voz del Hijo
de Dios y al escucharla tendrán Vida"--(Juan 5: 25-26)
"He aquí que yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, yo entraré a él y cenaré con
él y él conmigo" (Apocalipsis 3:20)
El Maestro Interno.
Cuando el Alma ha logrado desapegarse del cuerpo, lo suficiente como para que su actividad no se vea interrumpida por
la de este vehículo denso, puede realizar sus aspiraciones; porque en su reino, todos sus sueños son realidades esperando
por manifestarse en el mundo físico con el que interactúa. Pero esto sólo comenzará a darse eficientemente cuando ella haya
reintegrado en sí misma todas las energías que antes proyectó para crear formas que llenaran el vacío de la inmensidad de
su propio mundo interno. Sólo cuando el Alma se ve a sí misma cara a cara, en su propia y silenciosa inmensidad interna, puede
esperar que las señales de su Señor se presenten ante su conciencia. Sólo entonces, su obscuridad interna será la tierra fértil
de la que emergerán las revelaciones divinas. Y la Noche será besada por el Día.
Siguiendo el ritmo entre inhalación y exhalación, y luego entre un pensamiento y otro, podemos dirigir nuestro enfoque
paulatinamente hasta lograr fijarlo en lo que existe detrás de ese "intermedio". Entre polo y polo, y a la misma
distancia de ambos, se fija un punto, y ese punto es el Equilibrio; por eso se dice: "El equilibrio es la base de la
Obra". Sólo si logramos establecerlo llegaremos a fijar nuestra conciencia en el Balance que está más allá de la línea
recta que tiene como extremos a ambos polos. Aquí se está más allá del movimiento oscilatorio de los contrarios, puesto que
ambos se han unido dentro del Huevo Filosófico. Pero esta operación sólo es un paso preparatorio por el cual se atravesó al
principio de la Obra y que ahora debe llevarse hasta otro nivel. Al llevar a cabo lo anterior, el practicante se da cuenta
de que prolongando el espacio entre pensamiento y pensamiento, aprehende cada vez más el Instante, y una vez que lo ha logrado,
su conciencia llama a la puerta de la Eternidad, que es donde el Alma reencuentra su cielo y vuelve a mirar sus alas casi
olvidadas por tanto tiempo de cautividad en la materia. Una vez que toma vuelo, puede ir más y más alto, hasta elevarse al
Reino en el cual la Luz de la Sabiduría Divina irradie directamente sobre ella.
Sólo después de que el Alma ha sido liberada de proyecciones y devuelta a su condición original de pureza receptiva; esto
es, sólo después de que ha sido restituída a su Primera Materia, puede empezar a instaurarse el Orden en el Caos, de forma
que la Luz empiece a surgir en medio de la vasta Obscuridad de su reino. La Tierra Negra debe ser regada con el vivificador
Rocío del Cielo, que es el spiritus mundi, la fuerza vital, contenida en el éter, que desciende a la materia. El fuego externo
activa el fuego interno y la preparación de la Primera Materia empieza. De aquí sólo resta una sucesión de pasos para que
el Mercurio de los Filósofos se libere de su cautividad en la materia. Y es este Mercurio el que se libera de la piedra en
forma de chispa ígnea, después de haber dormido por edades en las profundidades de la physis. Sin embargo, al liberarse, el
Mercurio de los Filósofos atrae a la piedra consigo, y el Alma lo sigue como a su psicopompo. "Cuando Yo sea levantado
de la tierra, atraeré todo hacia mí" (Juan 12:32). El Fíat Lux es pronunciado en medio del Silencio, el Orden es instaurado
en el Caos, y la Voz de la Luz llama a las almas muertas (dormidas) en la obscuridad para que despierten al nuevo Día, a la
Aurora radiante.
El Alma ya no está sola. Su Señor está con Ella, guiándole en el Camino de regreso a la Fuente de toda Vida. Y es aquí,
en medio del Silencio del Alma, donde la voz de la conciencia ya no traduce más el clamor de la propia psique, afligida por
los "dolores de crecimiento". Se ha desenvuelto un nuevo orden de conciencia. Y la Voz que comienza a escucharse
es nada menos que la Voz del Mercurio de los Sabios, del Yo, del Ser Superior, del Espíritu. En el principio era la Voz que
hablaba en el Silencio, desde lo más profundo de la cámara del Templo, en la cámara secreta. Y no se puede negar que desde
un principio el Alma la escuchaba, en medio de sus ensueños, pero la mayoría de las veces creía escuchar los ecos de sí misma
en esa Voz, debido a las distracciones que sus propias proyecciones le causaban. Y la Voz, viéndose opacada por todos los
ecos de todas las voces de la psique--cada una atrayendo la atención de la conciencia egoístamente y para su propio interés--,
no siempre era escuchada distintamente por el Alma. Pero habiendo llegado a este punto de realización, el Alma escucha la
Voz que habla en el Silencio. Y en esa Voz reconoce a su Rey, a su Amo y Señor, al Amado, a Aquél que ha esperado por edades
enteras. Entonces, como María de Magdala, exclama: "¡Maestro! (Señor Mío)", y quiere comprobar que realmente es
él, resucitado de entre los muertos. Pero el Maestro le dice: "Suéltame, que aún no estoy arriba con el Padre" (Juan
20:16-17). Y es que el Alma, arrebatada por el impulso anímico entusiasmoque le causó la contemplación del milagro, le pide
al Maestro que le permita verlo en su Gloria (luz real), pero todavía no es tiempo para eso...Será posteriormente. Sin embargo,
el Maestro le pide que vaya con sus discípulos (las partes de la conciencia operante) y les cuente la buena nueva de su resurección.
Pasado algún tiempo, Él se aparece ante ellos y los instruye durante 40 días, hablándoles del reinado de Dios, y luego asciende
a los cielos. Poco después también su Madre; y ellos, discípulos de Cristo que recibieron el Espíritu Santo, van a "comunicar
la buena nueva a todas las criaturas". He aquí el fin último, relatado desde que la vida del Maestro Yeshua comienza,
hasta la manifestación de los Poderes de la Piedra que se simbolizan con toda la sencillez poética de los Hechos de los Apóstoles.
Y todo esto, al igual que lo de muchas escrituras sagradas, tiene un significado Alquímico. Pero eso lo explicaremos en otra
ocasión; por ahora, volvamos a lo que nos ocupa.
¿Y cómo es que se manifiesta la Voz del Silencio? ¿De qué mecanismos hace uso? Ahora lo discutiremos.
Intuición e Inspiración. La Voz de la Conciencia.
Así como el cuerpo físico cuenta con los llamados "sentidos", el cuerpo etérico cuenta con las contrapartes
sutiles de esos sentidos. Y sin importar que apenas comiencen a manifestarse o que ya estén desenvueltos hasta su más alto
grado de expresión, todos ellos se manifiestan por uno de los principales "mecanismos" del cuerpo etérico: la Intuición.
¿Y qué es la Intuición? No es el instinto ciertamente, sino la "enseñanza interna de la Verdad". Es la manera en
que el Absoluto transmite el conocimiento de Sí Mismo (y de la Realidad, por consiguiente) a una parte de Su Conciencia. Se
ha dicho que "Dios es la esfera infinita cuyo centro está en todas partes, cuya circunferencia en ninguna". Así
es como las "chispas de conciencia"( la conciencia dividida aparentemente en partes individualizadas), no están
separadas en realidad; una parte individualizada de conciencia no está separada de las otras partes, sino que está unida a
ellas; esto es, la totalidad de la conciencia es una esfera manifestándose en varios puntos al mismo tiempo, como la infinidad
de gotas que conforman el océano o la infinidad de chispas que conforman la llama de fuego. La Conciencia es un Todo y el
pensar que está separada es entrar en las cadenas de la ilusión de los sentidos. Pero cuidado: al decir que el Absoluto es
Todo, nos referimos, de acuerdo al nivel actual de evolución de las cosas, a que Él "está" presente en todo, a su
inmanencia en todo, pero descartamos que una hoja, por ejemplo, "es" el Absoluto en potencia (así declaramos Su
trascendencia). Aquí cabe citar que los Sabios antiguos muchas veces han sido incomprendidos, puesto que los autodeclarados
"filósofos" han denunciado panteísmo ahí donde no había tal, sólo por su estrechez de miras. Cuando en hermetismo
se dice que algo "es", se está hablando potencialmente (diciendo implícitamente que la totalidad de esa manifestación
es abarcada por la Conciencia del Absoluto). Y cuando se dice que algo "está" en otra cosa, se habla de que está
presente de forma "latente", sin desarrollar en potencia (como al decir, por ejemplo, que el Espíritu del Absoluto
está presente en cada humano, pero que un humano en particular--y aquí también entra la generalidad--no ha manifestado en
su totalidad las cualidades de ese Espíritu). En suma: una gota de agua tiene la misma cualidad que el océano, pero le falta
mucho para abarcar lo que abarca un océano, le falta la cantidad. Cuando hable sobre el vínculo que une la presencia del Ser,
del Absoluto, con la Creación, explicaré esto de forma más clara.
Entonces, una vez aclarado lo anterior, seguimos diciendo que la Intuición, más técnicamente, es el mecanismo que traduce
la información que nos viene del nivel superconsciente, por Inspiración, al lenguaje simbólico del subconsciente, de forma
que desde este nivel, esa información pueda ser descifrada y asimilada por la conciencia de uno mismo. Por eso se ha dicho
que la Conciencia es la unión de Inspiración e Intuición. Esta última, funcionando como lo hace, a la velocidad del pensamiento,
que es lo más rápido que existe, es directa y clara. El vehículo (la mente consciente) es la que falla en recibirla. El flujo
de luz eléctrica siempre está presente; lo que falla es la bombilla, el foco. Y lo interesante aquí es que si el foco se funde
o el mecanismo que transmite la corrriente falla y, por consiguiente, deja de transmitirla, la corriente eléctrica sigue estando
ahí. Así es como la mente no se ve dañada en lo más mínimo cuando se daña al cerebro, que no es más que su interface para
interactuar con el mundo físico. Al hablar de los vehículos de conciencia hablaré cómo puede ser esto; lo explicaré racionalmente.
La Inspiración, por otro lado, se refiere, etimológicamente a "aspirar hacia adentro". Aquí, la concentración
se ve claramente, porque se dice que el Yo Interior atrae la conciencia de la personalidad hacia la Suya, y así es como le
transmite revelaciones directas. En otras palabras, Dios lleva tu Alma hacia su interior. Y si de por sí ambas partes ya están
vinculadas de manera muy cercana, aquí el vínculo se perfecciona en la unificación. Esta es la verdadera Inspiración que puede
llamarse tal; sus otras formas, aspiran, ellas mismas, a llegar a este nivel donde el sol del microcosmos se une con el Sol
del macrocosmos. El axioma hermético completo dice: "Como arriba, así abajo; como lo interior, así lo exterior".
Una ascensión al macrocosmos equivale a adentrarse más en el microcosmos. Están en correspondencia perfecta. Por ello, el
mundo exterior es un reflejo del mundo interior. "Arriba", equivale a "dentro" y "abajo" a "fuera".
Una inmersión de la conciencia en el inconsciente es, a la vez, una ascensión al superconsciente. Porque en el inconsciente,
las partes trascendentes de la mente se unen con las partes inmanentes. El inconsciente era llamado "corazón" por
los antiguos, y el corazón es el sol en el hombre, por lo cual en la Cueva del Corazón, es donde brilla el Sol microcósmico,
y la Voz de su Luz es la Voz del Silencio que también es el Cántico del Absoluto, la Canción de la Vida del Creador. La verdadera
con-versión consiste en volverse a este Sol interior, a la Inmanencia Divina, al Dios Interior que es adorado en este "Templo
que ama el Silencio". Presentarse ante su Presencia y "adorarle en Espíritu y en Verdad" es lo que resulta
en la Gracia, manifiesta en la Intuición y en la Inspiración. "Mi corazón sólo habla Verdad", declaraba el Maat-heru
en el antiguo Egipto. Y el Maheru es el que ha sido "reivindicado", "justificado" (juzgado) y "perdonado".
El Maat-heru es aquél que murió, y al ser llevado a juicio, fue encontrado digno de ser reivindicado. Es "el de la voz
verdadera", "Aquél que habla Verdad" (Ma-At, Verdad-Justicia, equilibrio-balance), Aquél que ha logrado la
perfecta Armonía en sí mismo, Aquél que es recto en todos aspectos, que es acorde a sus principios asentados en la justicia,
y Fiel a Sí mismo (a su verdadero Ser, que es universal), de lo que resulta que no puede ser injusto con ningún otro. En fin,
"Aquél cuya voz debe ser obedecida".
Por todo lo anterior, es tan importante que el practicante se sensibilice hasta el punto de unirse con la fuerza universal
de Vida. En un principio, la voz de la conciencia reflejará los quehaceres y preocupaciones de su ego; luego, sólo le dará
a conocer los clamores de su propia psique, sus temores, esperanzas, anhelos y deseos; pero conforme vaya acallándolos, verá
resurgir una nueva Voz que habla desde su más profundo interior, y será ella la que le instruya en los más secretos misterios
de la Naturaleza, del Cosmos y del Creador. Leerá en el Libro de la Naturaleza, como han dicho nuestros Filósofos. Escuchará
los cantos que nadie se detiene a escuchar, y sus oídos se deleitarán con ocultas armonías que fluyen de los claros más solitarios
y de los parajes más rebosantes de verdura y de vida. Se encuentre donde se encuentre, será capaz de escuchar el Silencio,
y sus ocultas armonías le serán reveladas; la armonía extática de su propia Alma, y la grande y excelsa sinfonía de las esferas
que mantiene a los mundos girando en sus órbitas. Si es capaz de elevarse hasta lo más alto, escuchará la música maestra del
Observador Silencioso que se encarga de que los arquetipos de los mundos se sostengan en su esencia. Y mientras este Dios
(Elohim) músico toca la flauta de Pan, escuchará al Gran Demiurgo entonar la Canción de la Vida, que crea, mantiene y transforma
la substancia de los mundos para perfeccionarla cada vez más, en aras de agradar al Inefable. Y más allá, justo detrás de
esta Música Sublime, se remontará al Silencio que alaba en su invisible Majestad al Dios de los Dioses.
Este Silencio jamás es olvidado por aquél que lo escucha siquiera por un instante. Porque al remontarse hasta su Fuente,
se ha remontado hasta el Instante Eterno, y ahí lo que es una vez, sigue siendo por siempre; jamás deja de ser. El practicante
nota que el monólogo interminable de la mente inferior, y que el fluído de los pensamientos desordenados del ego cesan por
completo, siendo reemplazados por la gran paz y por el éxtasis del Silencio que abarca las regiones de lo que no ha sido creado.
A partir de aquí, llega el momento de las más grandes realizaciones. El Maestro está presente y ha aceptado al practicante
como a su Discípulo.
Todos los maestros externos, sin importar lo sabios que puedan ser, no son más que manifestaciones y vehículos de la Sabiduría
del único Maestro, del Maestro Interno. La misión de ellos es indicarle al Discípulo la forma en que puede encontrar al Maestro
que está en su interior. Y este Maestro, se manifiesta en todas sus enseñanzas y en todos aquellos que las transmiten. El
camino es hacia adentro. El Maestro es la Palabra, el Verbum, el Logos manifiesto en el Silencio; y también, paradójicamente,
Él es la Voz del Silencio. "El que tenga oídos para oír, que escuche". Y quien atiende las enseñanzas de su Sabiduría,
será capaz de convertirse en un vehículo digno de Su Esencia. El Discípulo será Hijo de su Maestro, se convertirá en un vehículo
por el que fluyan Sus Energías, en una extensión de Su Conciencia. "Por mí mismo no hago nada; más el Padre que está
en mí, él hace las obras". Sólo el Inefable es el "Deus Omnipotens magister artis", el Omnipotente Maestro
del Arte. Por ello, la dignificación es necesaria: "Sed perfectos como vuestro Padre en el Cielo es Perfecto". Y
el más elevado grado de Perfección se alcanza cuando el Rebis se ha constituído; entonces la Piedra Filosofal está fraguada:
"Mi Padre y Yo somos Uno". Pero mientras llegamos a ese nivel de desenvolvimiento, al punto en que podamos contemplar
al Maestro en toda la Gloria de su Presencia, y al hacerlo convertirnos nosotros mismos en Piedras vivientes asentadas en
Su Verdad, el Maestro Interno nos dice: "No estén agitados; confíen en Dios y confíen en Mí. En la casa de mi padre hay
muchas moradas. Si no fuera así, ¿les habría dicho que voy a preparles sitio? Cuando vaya y se los prepare, volveré para llevarlos
conmigo; así, donde esté Yo, estarán también ustedes. Ya saben el camino para ir a donde Yo voy (Juan 14:1-4)...Yo Soy el
Camino, la Verdad y la Vida. Nadie se acerca al Padre, sino por Mí; si ustedes me conocen a Mí, conocerán también a mi Padre
(Juan 14:6-7)"
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El Alma reflejándose en el mundo de su propia creación. Pintura por Richard Klix |
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El Alma creando su mundo a partir de las formas e ideas arquetípicas |
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El Sabio Interior llamando a la puerta de la conciencia para iluminarla |
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El Maestro Interno aguardando en la Cámara Secreta del Templo |
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AUREA APPREHENSIO.
"En todas partes vendrá Dios a tu encuentro, en todas partes se te aparecerá, en sitios y momentos en los que no
lo buscas, en tus horas de vigilia y en tu sueño, cuando estés viajando en agua y por tierra, en el tiempo de la noche y en
el tiempo del día, cuando estés hablando y cuando te mantengas en silencio...¿Y dices que <<Dios es invisible>>?
¿Quién es más manifiesto que Dios? Con esta intención ha hecho Él todas las cosas, de manera que a través de todas las cosas
puedas verLo a Él. Esta es la Bondad de Dios: que se manifiesta a través de todas las cosas. Nada es invisible, ni siquiera
una cosa incorpórea; la mente se ve en su pensamiento, y a Dios en su operar."--(Corpus Hermeticum. Libelo XI)
"El alma condiciona las naturalezas diferenciadas de las cuales surgieron las naturalezas compuestas, y éstas muestran
que una cosa sólo puede ser conocida por aquello que le es superior. Mas el alma es superior a la naturaleza y por medio del
alma se conoce la naturaleza"--Liber Platonis Quartorum.
Una de las habilidades esenciales con las que debe contar el practicante, es la Comprensión Áurea, que es una de las facultades
inherentes del Alma despierta de su sueño; o sea, de aquella Alma que ha despertado a la actividad en su propio reino, y gracias
a ello, puede influir sobre las "sombras" de las "ideas" que se encuentran en esos reinos del plano mental.
Y precisamente esas sombras de los arquetipos mentales, son los objetos físicos tal y como los perciben nuestros sentidos
en este mundo. Para este punto, el practicante hermético debe de haber establecido un vínculo válido con su Alma, con su propia
Esencia, con su Individualidad. Pero lo esencial para "despertar" esta facultad, es que se haya unificado con su
Alma, que es él mismo en la totalidad de su propia esencia. Si no lo ha hecho, tendrá que abrirse camino en la obscuridad
de sus propias concepciones del mundo, hasta que su pensamiento sea lo suficientemente fuerte de alas como para que logre
aprehender la Verdad. Es por esto que en los textos se dice que: "las cosas llegan a alcanzar la perfección en virtud
de lo que es semejante a ellas". Y se ha dicho desde antiguo que si el operador está lejos de tener semejanza con la
Obra, no podrá llegar a comprender el Mysterium Magnum (la Prima Materia), y si no llega a comprenderlo, tampoco llegará a
la Meta. Dorn completaba esta idea con el aforismo: "De las cosas nunca harás el Uno, si antes tú mismo no te conviertes
en Uno". Y aquí se refiere a unificarse con el Éter Universal (Quintaesencia), cuya cualidad es el vacío puro. Luego,
de esto se infiere que el operador debe de emprender la Obra con "libere et vacui animi" (con alma libre y vacía).
Pero en esto también se llega a indicar, implícitamente, que el Filósofo ha de unificarse con el Uno Inefable, por lo cual
se dice: "El Espíritu (Mens) tiene que estar de acuerdo con la Obra, que debe superar todas las otras obras". Sólo
así se puede aprehender la Verdad, y ver su Luz detrás de las tinieblas de las apariencias. Pero, ¿cómo se logra eso? Los
Alquimistas dicen en el Aquarium Sapientum: "Para alcanzar esta Comprensión Áurea es preciso abrir muy bien los ojos
de la mente y del alma y observar y reconocer con esa Luz interior que Dios encendió desde el principio tanto en la naturaleza
como en nuestros corazones". El practicante debe sublimar la Materia Prima hasta el punto en que pueda extraer de ella
la Quintaesencia, y luego manipular ésta para lograr la culminación de la Obra. Pero antes, que encuentre la Primera Materia;
que logre percibirla con la Imaginación Real; que logre aprehender sus cualidades y atributos...ya que esta Comprensión Áurea
no es más que la Imaginación Real llevada hasta su punto más alto; es la Imaginación Real, pero del Alma. Y esta facultad
se llama Comprensión "Áurea" porque se percibe la Cosa Única desde su surgimiento imperfecto en la materia hasta
su coronación gloriosa en el Espíritu puro. Y esta cosa es el Lapis, el Azoth que es el comienzo y la meta del Opus. Es el
Mercurio en sus distinos aspectos y etapas de desarrollo; como Primera Materia, Lapis, y luego como Oro Filosófico. En el
ya citado Liber Quartorum, se dice que: "La cosa (Res) de la que salen las cosas es Dios invisible e inmóvil". Aquí
está dicho todo expressis verbis, por lo cual lo único que diré de más al respecto es que, de todo esto se infiere que la
Cosa Única es el punto de partida, el medio y el final de la Gran Obra. Es, absolutamente, el objeto del Arte Divino (objeto,
en el sentido de cosa examinada, el sujeto de análisis, y también en el sentido de Meta). Como objeto de análisis, se encuentra
presente en la naturaleza, y como Meta está contenida en el Absoluto. En su libro La Torre de la Alquimia, David Goddard explica
muy bien esto al decir: "Llevando nuestra conciencia a niveles cada vez más refinados, captando de vez en cuando el estado
primordial, bañándonos de vez en cuando en el mar del ser, lograremos ver y tener la Luz Velada, la luminosa Gloria que se
Origina a sí misma. Y aferrándonos a ella, estabilizándola dentro de nosotros mismos, haciendo nuestros vehículos instrumentos
más sensibles para recibirla, gradualmente nos transformaremos en Su semejanza, nutridos por Su beatitud, para así participar
en Su Sabiduría, irradiar Su Compasión y habitar en Su naturaleza externa. La meta no se alcanza mediante la opresión, sino
mediante la sublimación, y al elevar nuestra humanidad hacia la Divinidad, alcanzaremos la consumación." En su ensayo:
Alquimia: el yoga cosmológico, Maurice Aniane, agrega: "Dios permite al filósofo inteligente, a través de la meditación
de la naturaleza, hacer que las cosas ocultas aparezcan y librarlas de la oscuridad". Es por esto que los Filósofos muy
seguido presentan ante nuestra conciencia frases como: "el Templo y su Señor son Uno"; y "toda manifestación
es un Templo Luminoso de Dios"
APLICACIONES DE LA AUREA APPREHENSIO.
-La abstracción de las claves de los textos, los cuales son comprendidos en todos sus niveles, simultáneamente.
Desde que el aspirante inicia la praxis del Arte, requiere contar con una Comprensión Áurea, aunque sea en sus etapas
iniciales de desarrollo. Y esto es vital para comprender los textos de los Filósofos. De otra forma, sólo la confusión y la
obscuridad harán presa de la mente del estudiante. Ciertamente se requiere paciencia para comprender los textos en el sentido
original en el que deben ser comprendidos, aunque hay que tomar en cuenta que cuentan con una interpretación multinivel y
sus claves siempre están actualizadas, sin importar la época en que sean examinadas o el nivel por el cual el practicante
transite. La Sabiduría trasciende al tiempo; es Eterna y una muestra misma de la Eternidad.
Aquí hablaré de la Comprensión Áurea aplicada a los textos, porque anteriormente ya he escrito una introducción donde
he dado a conocer los motivos por los cuales los Alquimistas escribieron de formas tan encriptadas, y donde también doy información
sobre los niveles de interpretación. El ensayo en sus dos partes puede verse en: http://alchemistslaboratory.blogspot.com/2006_08_01_alchemistslaboratory_archive.html
Para lo que nos ocupa, afirmaré que, desde las épocas más antiguas, los Filósofos han venido velando las claves de la
Sabiduría Divina; y como apoyo de mi testimonio citaré a Herodoto, cuando el padre de la historia se ocupó de los textos de
los egipcios, diciendo de ellos que "tenían tres maneras de expresar su pensamiento: La Primera era sencilla y clara,
la segunda simbólica y figurada, la tercera sagrada y jeroglífica. La misma palabra tomaba, según convenía, el sentido propio,
figurado o trascendente. Tal era el genio de su lengua. Heráclito (llamado por esto mismo, "el obscuro") ha explicado
perfectamente esa diferencia designándola por los epítetos de hablada, significativa y oculta". Siguiendo a esto, Asclepios,
en su epístola al Rey Amón, advierte: "(que su resumen de las enseñanzas de Hermes) No está compuesto según la opinión
de la mayoría; contiene mucho que contradice sus creencias. Pues mi instructor Hermes a menudo solía decir...que aquellos
que lean mis escritos los considerarán redactados de manera bastante simple y clara, pero que quienes mantienen principios
opuestos de entrada, dirán que el estilo es obscuro, y que oculta el significado. Y vendrá a ser considerado todavía más obscuro
en tiempos por venir, cuando los griegos consideren adecuado traducir estos escritos de nuestra lengua (el egipcio) a la suya.
La traducción distorsionará grandemente el sentido de los escritos, y causará mucha obscuridad. Expresada en nuestra lengua
nativa, una enseñanza transmite su significado de manera clara; por la cualidad misma de los sonidos; y cuando se pronuncian
las palabras egipcias, la fuerza de las cosas significadas opera en ellas. Por consiguiente Rey Mío...mantén la enseñanza
sin traducir, a fin de que secretos tan sagrados no puedan ser revelados a los griegos, y que el modo de hablar de los griegos,
con su arrogancia y debilidad, y llamativos artificios de estilo, no pueda reducir a la impotencia la impresionante fuerza
del lenguaje, y el poder de convicción de las palabras...Nuestra habla no es mera charla; es un pronunciamiento repleto de
Obras." Esta última frase, especialmente, ha sido la que los Filósofos han acuñado para defender su lenguaje críptico
y simbólico. Si ya en esas épocas el habla y la lengua griegas eran consideradas "de bárbaros" a comparación de
sus contrapartes egipcias, qué se puede esperar en la actualidad, después de que los textos de los Filósofos han pasado por
cientos de manos de copistas y traductores, el mínimo de los cuales no le han agregado "algo" de su propia cosecha.
Desde la más remota antigüedad, la Sabiduría Divina se ha transmitido por medio de la Palabra Viviente y Eterna; de boca
a oído, de maestro a discípulo, mucho antes de que esta viviente Esencia de la Palabra fuera capturada en los caracteres y
símbolos que ahora conforman el "cuerpo" de las lenguas escritas. Todavía en nuestro tiempo, como en la antigüedad,
se sigue haciendo uso de la Ciencia de las Letras en la Filosofía Hermética. Y al igual que en los tiempos primigenios, conociendo
esas claves, podemos ver cómo es que, por medio de un sólo signo, se evocan los principios, las causas y los efectos de lo
significado. Así es como con una sola palabra se abarcan los Tres Mundos. La Comprensión Áurea aplicada en este campo, requiere
de que todas las partes constituyan un todo en armonía perfecta. Siendo así, la palabra, más lo que representa, más la imagen
evocada por la palabra y representada en la mente del que escucha o lee esa palabra...; todo esto, sumado a la Conciencia
(=Intuición + Inspiración). El Alma que ha despertado en sí misma, teniendo la facultad de esta Comprensión Áurea, podrá tener
acceso a la Esencia contenida en las palabras y al Poder del que las han dotado todos aquellos que les han dado su atención
antes. De ahí que si el Alma está "dormida" los textos sean incomprensibles completamente, ya que son demasiado
intricados para la simple mente racional sin el apoyo de la intuición; y si el Alma está "inmóvil", sin actividad,
los textos no parecen ser más que palabras huecas. Sólo la Luz de la Sabiduría irradiada sobre el Alma, podrá ayudarle a ésta
para que la "letra muerta" sea transmutada en Palabra Viviente. Para saber cómo se puede accesar al Poder contenido
en los textos, se puede ver lo que escribí antes en el apartado que del blog que se titula: "Los Textos Sellados".
En los textos de los Alquimistas, los símbolos descritos "hablan" con el inconsciente de los lectores, mientras
los discursos entretenienen a su consciente, que siempre es amante de las complejas construcciones linguísticas. Lo que hace
el Filósofo que escribe el tratado, es poner los diáfanos contornos de lo que habrá de ser una Filosofía de Vida cuando su
semilla caiga en tierra preparada. Pero son los que han abonado sus Almas para la siembra, los que desarrollan la Obra maestra
con sus detalles. Es como si dijéramos que el Filósofo que escribe les construyó una casa nueva, y los lectores preparados
la amueblarán a su gusto. Los escritos están redactados especialmente para ajustarse a varios niveles de significado---pueden
tomarse literalmente, como alegoría, metáfora, analogía, etc.--y todos ellos funcionan activamente, de forma directa (explícita)
o indirecta (implícita). La realidad que funcione mientras alguien los lea, será aquella que él quiera aceptar, ya que en
determinados momentos, no podrá saber si todo es un simple mito creado o una leyenda con antecedentes históricos. El nivel
de comprensión que cada lector capte en la historia, será acorde a lo que busca y a lo que ha encontrado. Así mientras el
lector se sumerge en el relato, lo hace en sí mismo y en su entorno. Y mientras realiza descubrimientos en los textos, también
los realiza en sí mismo para poder emplearlos después en la resolución de sus problemas, preguntas, dudas...y todo aquello
que le traigan las circunstancias adversas. Así podremos darnos cuenta de que forjamos nuestro destino con las decisiones
que tomamos cada minuto, y que nosotros somos los únicos responsables de nosotros mismos y de lo que hagamos con nuestras
vidas. Podemos cambiar todo con el poder de la voluntad; y creo que dando a conocer esto con hechos (narrados), es la mejor
forma en que un Filósofo (amante de la Sabiduría) puede dar testimonio de su amor y de la verdad. Esta filosofía es "una
forma de vida y un camino hacia la Vida". Y esta literatura habla el Lenguaje que por todos es comprendido y cuyas notas
resonarán en lo profundo de los corazones de aquellos que lo escuchen. Entonces, dicho todo esto como antecedente, está claro
que el principal objetivo en este aspecto es contar con la facultad de abstraer los principios de la Sabiduría eterna, y sus
características y atributos, velados bajo el lenguaje de los mitos y leyendas de todas las culturas, ya que esta Sabiduría
es patrimonio de toda la humanidad. Siendo así, nos son tan útiles como mapas indicadores del camino de la Gran Obra, tanto
los mitos bíblicos, como los grecorromanos y egipcios...etc, ya que sus contenidos son arquetípicos y se desenvuelven en una
realidad que está siempre presente y más allá del devenir por el que atraviesa lo mundano. Por esto, Maurice Aniane dice en
su ensayo de Alquimia que la comprensión áurea también es la facultad de: "interpretar los relatos bíblicos y mitos grecorromanos
como realidades siempre presentes, que llevan al Universo de regreso a Dios a través de la mediación de un tiempo sagrado
en donde no existe sino un hombre". Según esta interpretación, también se comprende el Mito del Héroe, desarrollado bajos
distintos aspectos, esquemas y niveles en casi todas las culturas de la tierra, como bien lo atestiguó el Abad Dom Pernety
en su libro: "Fábulas egipcias y griegas develadas". La mayoría de los que se dicen a sí mismos estudiosos han delegado
estas explicaciones míticas del mundo, diciendo que ya no son válidas y que sólo los niños pueden apreciarlas con algún motivo
de especial relevancia. Pues, los Filósofos les dicen a estos eruditos que, precisamente, en los cuentos infantiles y en las
fábulas y en los mitos están las claves más grandes que puedan darse a conocer. Por eso los Alquimistas enuncian que: "Nuestro
trabajo es el de una mujer, y un juego de niños". Porque "en verdad os digo que aquél que no recibiere el reino
de Dios como un niño, no entrará en él", como lo ha señalado el Gran Maestro Alquimista. En el antiguo Egipto, los iniciados
son descritos en las fábulas como "niños". Y esto, como todo en el Gran Arte, tiene una razón de ser: Sólo una mente
purificada de complejos, libre de prejuicios, de agregados psíquicos, de miedos...y de toda esa clase de impedimentos y trabas
semejantes, puede llegar a comprender la Verdad oculta con uno de los velos más difíciles de retirar para una mente que no
cumple con los requisitos antes mencionados: la simplicidad. Por ello, atiende lector: en las cosas simples están las puertas
de las realidades excelsas. Atiende y presta atención; no sea que por considerar un grano de trigo sólo como un grano de trigo,
te despidas de toda una cosecha. Mira bien cuando vayas a cruzar el río, no sea que tires un diamante en bruto pensando que
no es más que una roca. Nada es lo que parece. Y el ver el oro en el plomo, el carbón en el diamante, el árbol en la semilla,
la materia viviente en las cenizas, y el luminoso Espíritu en--y a través de--la más obscura materia, es una de las facultades
esenciales del Alma del Alquimista; una facultad que nadie sensato se atrevería a intercambiar por nada.
Por último, diré que los textos de los Alquimistas efectúan sus operaciones transmutadoras tanto en la psique, como en
la mente y el alma. Para ver la forma en que lo hacen, remito al lector a mi ensayo sobre los textos sellados.
-La Comprensión del Instante y la aprehensión del Eterno Ahora. Cruzando el umbral de la puerta a la Eternidad.
"(Y ese pensamiento llenó el Vacío que existía en el principio)...En el principio existió este pensamiento; y para
que el pensamiento pudiera ser eterno, tenía que existir el tiempo. Así dentro de todo el pensamiento creció la ley, el Tiempo.
Por siempre, el tiempo que existe a través de todos los espacios, fluyendo en un movimiento rítmico y suave, que es eterno
en un estado de fijación. El tiempo no cambia, pero todas las cosas cambian con el tiempo, pues el tiempo es la fuerza que
sostiene los acontecimientos separados, cada uno en su propio lugar. El tiempo no está en movimiento, pero vosotros os movéis
a través del tiempo a medida que vuestras conciencias se mueven de un acontecimiento a otro. Debido al tiempo es que existís,
todo es todo en una existencia del Eterno Uno. Aprended que aunque vosotros estáis separados por el tiempo, no obstante sois
Uno con toda la existencia del tiempo"--Las Tablas de Esmeralda. Tabla X. Thoth el Atlante.
"...el tiempo...es eterno en virtud de su recurrencia cíclica...Pero la Eternidad es correctamente tenida como de
un rango superior al del tiempo, en virtud de su fijeza; pues está firmemente determinada, de modo que sea capaz, por su rígida
inmovilidad, de sostener las cosas que están en movimiento. Dios y la eternidad, pues, son los primeros principios de todas
las cosas que existen."--Corpus Hermeticum. Asclepios III.
"De la misma manera que el tiempo es uno, pero en diversos sujetos temporales, así es uno el instante en la diversidad
y en la totalidad de las partes del tiempo, como yo soy el mismo que fui, soy y seré, sea aquí en mi casa, en el templo o
allí donde me hallare...Porque si no existiese el instante, no existiría el tiempo; y, por tanto, el tiempo, en esencia y
sustancia, no es otra cosa que instante. Y bástate esto si eres buen entendedor"--Giordano Bruno. Los Heróicos furores.
En algunos grabados y dibujos antiguos, se describe al Alquimista empleando dos relojes distintos mientras trabaja en
la Gran Obra: uno es de arena, y el otro es un reloj de sol. Simbólica y respectivamente, el primero corresponde a Kronos,
y el segundo a Kairós, que son las dos dimensiones de tiempo que se manejan en la Obra. Se habla de Kronos, entendiéndolo
como el tiempo lineal-secuencial, en el cual el pasado se sigue inexorablemente por el presente, y éste por el futuro, aunque
la mayoría de las veces el presente es casi ignorado. En Kairós, que es el tiempo en espiral, tenemos una sucesión cíclica,
infinita y siempre ascendente de instantes; aquí, el instante se magnifica hasta el infinito, y es éste el que conforma todos
los tiempos conocidos. Después de todo, tenemos que aceptar que en realidad sólo tenemos el tiempo presente, ya que el pasado
hace mucho que fue, y el futuro apenas está en preparación. ¿Quién puede diferenciar ese momento de transición en el cual
el presente se convierte en futuro? Prácticamente nadie lo hace, pero sí se puede apreciar ese momento, y se puede aprehender;
incluso fijar. Como podremos notar, el pasado y el futuro son tiempos hipotéticos. Y lo son porque llamamos pasado al instante
que ya fue, y nombramos futuro al instante que será. Entonces, de esto se sigue que los tiempos hipotéticos, que son el pasado
y el futuro sólo pueden ser examinados bajo la lente del Eterno Ahora. Porque aunque se pueda viajar a través del tiempo,
quien quiera que desee viajar al pasado o al futuro tendrá que partir del Ahora. Y cuando llegue a uno o a otro, llegará al
Ahora de ese tiempo.
En la antigua mitología, Kairós, el dios alado, se refiere a la Oportunidad. Y esta oportunidad es aquella que los Alquimistas
han definido muchas veces como "Instantes Dorados". Porque es en ellos cuando el ser se retira del devenir y se
fija en su misma cualidad de ser; en su cualidad inherente de ser y no ser otro; en su cualidad de ser que jamás dejar de
ser; es cuando se da cuenta de que el dejar de ser está en contra de su misma naturaleza. Porque todo lo que deja de ser para
comenzar a ser otra cosa, es ilusión desde el punto de vista del Ser. Y es entonces cuando el ser exclama desde lo profundo
de su naturaleza: "Lo que fuiste es lo que eres, podrás ser y serás. Yo Soy, y seré por siempre, porque nunca he dejado
de ser." Es entonces cuando el plomo sale por un instante de su somnolencia y se percata de que es oro soñando que es
plomo...aunque luego vuelva a dormise. Difícil es fijar la conciencia en esos instantes dorados. Muchas veces, "el plomo
es feliz siendo plomo porque ha entendido que en su interior, jamás dejará de ser oro". Pero el objetivo de la Gran Obra
es manifestar el oro a través del plomo. De otra forma, todo esto sería vano.
Kairós es difícil de atrapar; es un genio escurridizo y veloz; se escurre como arena entre las manos. Como la arena que
cae a través de las ampollas del reloj de tiempo de Kronos. Pero en el instante de Kronos se le puede atrapar: y este instante
del tiempo cronológico podemos simbolizarlo como ese momento en el cual la arena permanece suspendida entre la ampolleta superior
y la inferior del reloj de arena; en ese momento en el cual la arena no está ni en una ampolleta ni en otra. Cuando el interminable
monólogo mental cesa, cuando se experimenta un momento de felicidad*, en los momentos de contemplación y de actividad del
alma (aunque sus vehículos permanezcan inactivos), logramos atrapar a Kairós en la botella de nuestro ser. Al hacerlo, nos
hemos revestido de las alas de los Inmortales que interpretan las alabanzas con aliento de fuego. Entonces, si estamos conscientes
de quiénes somos, logramos ver la Eternidad con el Ojo del Tiempo. En ese momento, dejamos de ser vasallos de Kronos, porque
hemos aprendido el Instante, y a través de él nos hemos elevado a la Eternidad del Ahora. Sí, es muy cierto que el Instante
es la Puerta a la Eternidad.
Por ello, lo primero que un practicante de Alquimia logra, es liberarse del tiempo cronológico, tiene que dejar de ser
un vasallo más del celoso Cronos. En los primeros triunfos en los cuales logre aprender la Eternidad en su mano, será recompensado
por una felicidad más allá de toda descripción, por un gozo indescriptible, por una beatitud inefable durante los cuales el
Alma nuevamente siente que ha llegado a casa, y donde siente que es capaz de elevarse hasta su Señor. Es entonces, cuando,
según los antiguos, el Alma se unía con las potencias superiores y recibía los poderes de aquéllas. Pero lo cierto es que
en esos momentos el Alma recuerda sus facultades olvidadas...mira nuevamente sus alas y las extiende al infinito, después
de tanto tiempo de tenerlas replegadas, debido a lo estrecho de su prisión. Mientras esto pasa, el Alma se percata de que
puede obrar milagros más allá de los que alguna vez creyó poder realizar. Es como aquél que está enamorado y desea impresionar
al objeto de su amor. Generalmente hace cosas descabelladas en apariencia (que estando libre de los influjos del furor heróico
[erótico], ciertamente, no se atrevería a hacer); se cree capaz de todo, y muchas veces se sorprende al ver que aquello que
creía casi imposible, se vuelve posible bajo su acción, y lo comprueba con sus logros. Quien desea impresionar así al que
ama, es poseído por una especie de impulso que le permite lograr incluso aquellas cosas que en estado normal él mismo se creía
incapaz de lograr. Y al ver que lo logra, ¡se sorprende de haberlo hecho! Pues bien, esto mismo pasa con el Alma cuando está
poseída por el impulso de Eros. Y a esas cosas que ella creía más allá de su capacidad, aquellas cosas que realiza para impresionar
a su Amado (al Divino y Eterno al que aspira en sus horas de sueño, de ensueño y de vigilia por igual), son los llamados "milagros".
"Convéncete de que para ti nada es imposible", dice el Corpus Herméticum, y aquí se ha llegado a verificar ese enunciado
gracias a una realización, a un estado de conciencia adquirido por el propio esfuerzo y trabajo. Aquí el Corpus no se refiere
a que alguien se forme un estado mental en el cual acepte simplemente, como creencia, y sin comprobar con los hechos, que
todo es posible. Hablamos de llevar a la realidad ese dicho de que "todo es posible".
Ciertamente la forma que acabamos de describir antes, es la experiencia mística de aprehensión del Instante, y como tal,
en ella se experimenta una fusión entre ambos extremos; esto es, se unen el movimiento perfecto con la inmovilidad perfecta.
Porque cuando parece que el Alma está inmóvil es porque vibra a una frecuencia tan rápida que difícilmente uno de sus vehículos
inferiores podría percibirla, a menos que la conciencia se centre y enfoque en un vehículo que sea de frecuencia más elevada
que la del Alma, como lo es la Mente. Y si los resultados que se observan en esta liberación súbita del Alma son ya sorprendentes,
y la experiencia misma es fascinante, en el aspecto operativo de la Gran Obra, es igual de fascinante.
En el aspecto mágico, esta experiencia sirve para fijar el Alma en estado de inmovilidad, alternándolo con el estado de
actividad, de forma que el ritmo logre neutralizarse en un debido momento. Esta es la llave de neutralización de la entropía
de la que hablaremos con mayor holgura en el apartado dedicado a la praxis. Y en el grimorio hablaré cómo es que esto, llevado
hasta su punto más elevado de desarrollo, podía (o puede, quizá, por qué no) llevar a que un Alquimista lograra resucitar
a los muertos inmediatamente en el momento de su fallecimiento. Probablemente no es muy factible esto en nuestros días, pero
aunque difícil es posible bajo ciertos casos y circunstancias. Después de todo, esperemos a examinar esto críticamente como
quien analiza una teoría, ya que, a pesar de todo, los milagros son, en sí mismos, intemporales..por lo cual, en ocasiones,
también sus manifestaciones podrían adquirir ese carácter de eternidad.
-Aurum Potabile e Inmortalidad.
Como antes he señalado, es esencial que el practicante, desde sus primeros pasos en el Gran Arte, aísle en su conciencia
aquellos fenómenos que le conectan con el Éter; fenómenos observables que pueden ser evocados en un momento preciso para su
estudio y proyección. El aspirante a Alquimista debe estar familiarizado con las modalidades del Éter, y debe aprender cómo
establecer el vínculo entre su propio vehículo etérico y esta Quintaesencia que le circunda en el exterior. Esto es tan importante,
porque esta fuerza vital es el Aurum Potabile del que se habla en los antiguos textos. Y siendo tal, es ella la que efectúa
el "lavado", sublimación, purificación y transmutación gradual de los vehículos del aspirante, cuando es absorbida
del ambiente, debidamente asimilada después de destilarse, y fijada por último en los "cuerpos" materiales del practicante.
Es esta fuerza vital sublimada y destilada, llevada hasta su punto de mayor refinamiento y pureza, la que obra la espiritualización
gradual del cuerpo físico también, por supuesto. De ahí que en varios relatos que hablan sobre las propiedades maravillosas
del Oro Potable se dé a conocer el hecho de que rejuvenece el cuerpo físico, que lo libra de la propensión a la enfermedad,
que los restablece si es que ya está enfermo...etc.
En muchos textos, se muestra al Alquimista recogiendo el Rocío del Cielo, para destilarlo posteriormente. Y por poética
que pueda parecer esta práctica, como a muchos les ha parecido, tiene un objetivo concreto. Además de que "Rocío del
Cielo" es otro de los nombres que se la da a la fuerza vital que desciende, el rocío físico, por antonomasia, tiene concentraciones
considerables de Spiritus Mundi (el mismo Spiritus Vitae), que es su contraparte etérea, como ya dijimos. Pero cabe señalar
para entender bien esto, que la palabra "Aurum" no viene de la designación del Oro en latín, sino que viene del
griego Aour (luz), y ésta a su vez, según se dice, de la raíz hebrea, la cual surgió de la palabra de la Lengua Sagrada para
designar a la Luz Ilimitada que sostiene todas las manifestaciones en todos los mundos. Si el practicante hermético quiere
tener acceso a esta Luz Ilimitada y desea asimilarla en sus propios vehículos, tendrá que comenzar por aprehender los ritmos
y ciclos de la respiración. Por ello, se ha dicho que el control de la respiración es muy semejante al control de la vida.
Porque al inspirar y expirar, al inhalar y exhalar, reproducimos en nuestro propio microcosmos el ritmo de expansión y contracción,
de disolución y coagulación de esta Luz Ilimitada en el Macrocosmos, y esta Luz "es energía que entra y sale de un estado
manifiesto". Solve et Coagula. Cuando el Éter surge de su Fuente (la Nada, el Vacío) y desciende como Fuego Celeste a
la Tierra Negra (Primera Materia, que es la manifestación de la Nada) para convertirse en la substancia que dota de vida a
las formas contenidas ahí de manera latente, se observa que esta Luz se coagula al descender a cada uno de los mundos de manifestación,
y luego se convierte en la substancia que sostiene las formas de vida de cada uno de ellos. Así, el Éter es cristalizado en
cada una de estas formas manifiestas en la materia de los distintos niveles de vibración...y cuando la forma que condensa
este Rocío del Cielo se disuelve, es cuando es liberado y regresa de nuevo a su Fuente. Así, hablamos de disolución, generalmente,
en vez de nombrar singularmente el proceso conocido como "muerte", y hablamos de "condensación" para referirnos
a todas las clases de manifestaciones que se dan, ya sea por nacimiento, por formación, generación, etc.
Durante los ciclos de respiración, en el momento intermedio en que el aire se sostiene y no se da ni inhalación ni exhalación,
sino que se mantiene como en un limbo entre un proceso y otro, toma lugar una clave esencial del Arte. Ahí, en ese limbo,
es como estar entre la vida (inhalación) y la muerte (exhalación); pero es en este limbo donde se crea una nueva vida a partir
de la muerte. La conciencia fluctúa como la luz eléctrica, pero lo hace tan rápido que es difícil captar esos momentos intermedios
entre una fluctuación y otra, entre un estado y otro, entre la vigilia y el sueño de la conciencia que permanece en actividad.
Si pudiéramos observar a cámara lenta la forma en que la luz de un foco es liberada, podríamos observar que no es continua,
sino que existe un espacio intermedio entre el momento en que el foco libera la luz y el momento en que parece estar apagado.
Ese momento en el cual el foco no transmite luz en la potencia fijada en que debe transmitirla, pero en el cual tampoco está
apagado, en ese momento de "media luz", por decirlo así, está el secreto de este proceso. El cuerpo físico está
conformado por energía condensada, y su arquetipo, su contraparte etérica, está formada por el Éter condensado; entonces,
si hubiera fluctuaciones en esta luz, como las hay en el foco, ¿qué pasaría? Aprehendiendo esos instantes, podemos ver el
momento mágico en que el cuerpo no está ni materializado por completo ni desmaterializado por completo. La conciencia es como
el foco, es la que mantiene el flujo de luz aparentemente continuo. Y si ella misma es capaz de remontarse al nivel de observadora
del fenómeno, y es capaz de vibrar en un grado más alto que el Éter como para ver esos momentos en que su vehículo denso no
está ni completamente materializado ni completamente desmaterializado, ella es capaz de fijar ese momento intermedio, hacer
que tenga la suficiente duración como para obrar en ese espacio-tiempo y así manifestar el milagro de la transmutación. Así,
en vez de sostener los patrones que hacen que el cuerpo físico se manifieste de la manera como lo ha hecho hasta ahora, puede
prolongar el momento en que el cuerpo está en su aspecto etérico, y fijar este momento cada vez más, y alargar el tiempo en
que permanece en este estado, hasta que éste se haga potencial en el cuerpo físico y se manifieste en este plano como antes
lo había venido haciendo la manifestación simplemente física. Después de todo, el Alma une a ambos vehículos y a ambos momentos,
y puede obrar sobre uno o sobre otro, separarlos, ir de uno a otro, fijarse en un extremo o en otro, o unirlos a ambos si
lo desea. Esto, llevado a la práctica, también sirve para lograr fenómenos de materialización y desmaterialización, teletransportación,
etc. Después de todo, la conciencia es omnipresente. Sólo requiere hacer eficaz su influencia en el mundo en el cual se manifieste;
y esto, por medio de un vehículo. Y el cuerpo etérico regenerado, llevado hasta su punto más alto de perfección, puede manifestarse
en todos los mundos, planos y niveles, sólo con que adapte su vibración a la que requiere para manifestarse e influir sobre
cada uno. Y esto, llevado a su punto de maestría más alto, es lo que les ha permitido a algunos Alquimistas, después de haber
pasado por la "muerte" física, manifestar de nuevo un cuerpo físico y proyectarlo a una encarnación sin pasar por
el nacimiento por el que necesita pasar la mayoría para adquirir un nuevo vehículo físico en este mundo. Esto, lo han hecho
para culminar la Gran Obra aquí y ahora, y adquirir el Corpus Glorificatum, el Cuerpo Solar Inmortal. Pero no hay duda de
que algunos Alquimistas obscuros también lo han hecho para eludir indefinidamente a la muerte y continuar con sus planes perversos
en el mundo. Son esos que al momento de separarse de su cuerpo físico durante la muerte, han cruzado el Umbral dos veces,
de ida y de vuelta, y luego han regresado a este mundo retomando el control de su vehículo físico gracias a la fijación que,
por medio de su voluntad, hicieron del instante en que estaban en ese trance de vivos-muertos, justo en el Umbral entre el
mundo de los vivos que cuentan con un vehículo físico y de aquellos que ya no cuentan con él. Otros, como se cuenta de Paracelsus,
lograron resucitar después de que sus vehículos habían pasado por la separación de ese cambio llamado "muerte".
Pero trataremos esto en el Grimorio y lo examinaremos con detalle. Por ahora, sólo mencionaré que hay vías lícitas e ilícitas
de "lidiar con la Muerte", aunque las ilícitas más bien la evaden, simplemente, y no la vencen por completo. Las
lícitas ven a la Muerte como un estado de fijación de la conciencia, como un estado de transición del ser inferior, que puede
llevarse hasta su punto más alto, donde se convierte en otra cosa muy distinta y completamente contraria. Pero, en general,
las maneras lícitas de buscar la Inmortalidad vencen a la Muerte reproduciéndo sus patrones y modalidades, y aislándolos como
fenómenos a considerar experimentalmente para descubrir su secreto y luego trascenderla, elevándose más allá de sus antros;
o si esto no se logra, se perece en el intento. De cualquier forma, el evadir la muerte e ir contra la ley de los cambios
que permiten la evolución de las formas (mientras las formas no llegan a su punto más alto de evolución, a su culmen, ya que
en éste, el cambio deja de ser necesario, porque se llega a la unificación con la realidad inmutable del Ser que nunca deja
de ser y nunca cambia en Sí Mismo), es cosa de Alquimistas negros que muchas veces se internaron en los caminos viles de la
Necromancia. Y es por esta razón por la cual eruditos como Leonardo Da Vinci han dicho que la Alquimia es como hermana de
la Necromancia. Y sí, ciertamente son similares en muchas cosas, pero el enfoque es el que cambia, aunque las finalidades
muchas veces son muy parecidas. En un apartado hablaré de sus semejanzas y diferencias.
PRÓXIMAMENTE: VOLUNTAD, MEMORIA, CONCIENCIA
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